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Dos facultativos se ratifican en que el bebé fallecido en Alicante nació muerto

La instrucción del caso de un bebé fallecido en el Hospital Universitario de San Juan (L'Alacantí), cuyos padres imputan a los facultativos una supuesta negligencia médica con resultado de muerte u homicidio imprudente, se reanudó ayer con la toma de declaración al anestesista y a la auxiliar instrumentista que intervinieron en la cesárea de la madre. Los facultativos ratificaron ayer ante el juez que el bebé, una niña, nació muerto, según informó el abogado de la familia, Fermín Lalinde. Los especialistas relataron que la pequeña presentaba dos vueltas de cordón umbilical, y su color 'era raro, no era normal, en lugar del sonrosado habitual'.

La versión de los especialistas coincide con la declaración del jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología, Pedro Acién, quien manifestó el pasado jueves que el bebé llevaba muerto dos o tres días en el útero de la madre.

La investigación judicial se inició a raíz de una denuncia presentadas por los padres el pasado 19 de julio, con la intención de aclarar las causas del fallecimiento de su hija.

Antonio Ivorra, padre de la pequeña, sostiene que los médicos que atendieron el parto de su mujer le dieron hasta cuatro versiones distintas sobre los motivos de la muerte de la niña.

El padre reclamó entonces al magistrado la práctica de la autopsia. Sin embargo, el forense comprobó que la necropsia ya se había realizado en el hospital y que durante la misma se extrajeron varios órganos.

El juez instructor espera los resultados del ADN de las vísceras de la pequeña, para después volver a repetir la autopsia.

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