_
_
_
_
_
Segunda División

Vuelve el portero atormentado

Toni Jiménez juega ante el Elche su primer partido de la temporada con el Atlético

Diego Torres

Recibir aquel baño de huevos podridos fue un mazazo para el ego del altivo Toni Jiménez. Las yemas amarillas estallaban en su espalda y su cabeza con el crujido sordo de las cáscaras al romperse. El portero del Atlético lo soportó con la cabeza baja, retirándose del área sobre la que llovían cientos de proyectiles lanzados por el Frente Atlético, los hinchas fanáticos del Calderón, que castigaron así el descenso a Segunda en junio de 2000. Esa tarde fue la culminación de la desventura de Toni, oro olímpica en Barcelona 92 y hasta un año antes primera elección de José Antonio Camacho para la selección española. Un año y medio más tarde, el Atlético sigue en Segunda y Toni, el segundo suplente esta temporada, debuta en la Liga 2001-02 ante el Elche.

Más información
El Atlético vapulea al Elche

'Hay que echarse encima la presión, como dice Luis Aragonés', proclamaba ayer Toni momentos antes de partir hacia la concentración del equipo. Y es que, lejos de relajarse, este portero es de los que absorben electricidad. Antes de los partidos se calienta golpeándose el pecho y se le ve como extraviado. Luego tiende a sobreactuar sus buenos reflejos, siempre bajo palos. 'Estoy curtido en esto', explicó ayer, 'porque a mí me han pasado muchas cosas y, aunque no me han salido muy bien, ya llevo muchos años y muchos partidos. Me da fuerza el conocimiento de que tengo unas cualidades que aún se pueden explotar y que puedo comprometer en beneficio del equipo. Tengo una edad, 30 años, que es ideal para jugar en mi puesto y estoy trabajando para prolongar mi carrera'.

Desde que fichó por el Atlético, en el verano de 1999 y procedente del Espanyol, la carrera de Toni se fue empantanando. Para ganarse el puesto debió derribar a uno de los mitos de la hinchada y uno de los metas más completos: Molina. La cándida afirmación pública del secretario técnico, Miguel Ángel Ruiz de que 'la competencia es buena' escondía un dilema envenenado. Toni jugó los primeros siete partidos de aquella temporada y desde el primero, contra el Rayo, cometió errores graves. El equipo ganó un encuentro, perdió cuatro y empató dos.

En vísperas de la octava jornada, el propietario del club, Jesús Gil, que había forzado su titularidad, impuso su suplencia en favor de Molina. Al catalán le reservaron para la Copa y el terreno se abonó a una conclusión trágica. Precisamente en la final, un alevoso descuido suyo terminó en gol a favor del Espanyol y en la pérdida del trofeo.

Toni disputó 30 partidos con el Atlético en Segunda y en la última pretemporada Luis Aragonés intentó traspasarlo a otro club sin conseguirlo. Así se convirtió en el tercer portero de la plantilla, por detrás del carismático Mono Burgos y de Sergio. Ahora, ante la convocatoria de Burgos para jugar con Argentina, y después de los tropiezos de Sergio, vuelve a ser titular. El partido contra el Elche es el número 700 de la carrera técnica de Aragonés.

'Mis dos hijos, mi hija y mi señora son la razón por la que me levanto, trabajo y me vuelvo a levantar si me tumban', dice Toni.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_