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Un libro analiza los mosaicos de Elche durante la la época romana

Los mosaicos ilicitanos alcanzaron durante los primeros años de la era cristiana un desarrollo similar a los realizados en Roma, capital del mundo conocido en esa época. Esto es, al menos, lo que opina Enrique Ruiz, profesor de Bellas Artes, que ayer presentó en Elche un estudio sobre el tema llamado Los mosaicos de Ilice y el Portus Ilicitanus.

Entre el siglo primero antes de Cristo y el cuarto, el Imperio Romano conquistó la ribera del Mar Mediterráneo, exportando a estos lugares sus costumbres. Los musaivos, artistas dedicados a la realización de mosaicos, llegaron a Elche en esa época, e instalaron talleres donde la técnica evolucionó de forma paralela a la metrópoli. Tanto es así, que el tamaño y la riqueza de colores de las teseldas (las piedras que forman el mosaico) de algunas obras del siglo primero se adelantan a las tendencias de otros centros productores. Según el profesor, tan sólo se conservan fragmentos de 30 mosaicos ilicitanos, la mayoría de ellos en mal estado. El arte musivo tiene su mayor exponente en Elche con el Apolo y la Galatea, el primero en la colección del Museo Nacional de Arqueología de Madrid y el segundo dividido entre este centro y el ilicitano, además, del mosaico de la Basílica de L'Alcudia.

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