_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cara o cruz

Era el pasado 30 de octubre. La noticia estaba allí, agazapada entre las páginas de EL PAÍS, llenas de reportajes, fotos y anuncios publicitarios. Breve y modesta, parecía como si tuviera vergüenza de existir junto a los titulares importantes: las bombas yanquis y británicas que matan niños en nombre de la civilización, el escándalo millonario de Gescartera, la torpe autosuficiencia del presidente de la Generalitat y las estériles peleas de los dos partidos que, ad vitam aeternam, se reparten el control de España como solían hacer antaño liberales y conservadores.

La noticia contaba que Ilham Majure, una pintora nacida en Bagdad pero vecina de Alicante, arremetía contra el Ayuntamiento de Molina de Segura -un pueblo de Murcia-, que por medio de una simple llamada telefónica censuró la exposición de caligrafía árabe que hubiera debido iniciarse allí el 19 de octubre, y ello a pesar de que el catálogo estaba en imprenta y de que el alcalde y el concejal de Cultura, ambos del Partido Popular, ya habían firmado las invitaciones al acto. ¿Cuál fue la razón que le dieron para el incumplimiento del contrato? Un problema de fechas, 'porque coincidía con otra exposición prevista con anterioridad', lo cual es falso según Majure, ya que 'en estos momentos, en la sala municipal de exposiciones no hay muestra alguna'.

Ilham Majure no ocultaba su rabia frente a los políticos consistoriales y afirmó sin empacho que la creciente animadversión hacia el mundo musulmán es el único motivo por el que han suspendido la muestra.

No le falta razón. Hace unos días, respondiendo a la pregunta de por qué algunos países (entre ellos éste) han aceptado sin rechistar la guerra genocida de EE UU contra el pueblo de Afganistán, el profesor contestatario estadounidense James Petras declaró que 'porque son pragmáticos y oportunistas'. Lo cual define bien el carácter de los políticos que calzamos por aquí, de derechas o de izquierdas. No olvidemos que los del PSOE -nuestros izquierdistas oficiales- apoyaron activamente la Guerra del Golfo y que pocos años después fue uno de ellos, Javier Solana, quien dirigió la Guerra de los Balcanes en calidad de secretario general de la OTAN. ¿Por qué habría de ser diferente hoy con el correctísimo Partido Popular en la Moncloa? La primera obligación de un político profesional es cubrirse el trasero y este alcalde murciano lo sabe de sobra: en las condiciones actuales, una muestra pictórica que alguien pudiera considerar favorable al Islam sería peligrosa para su sillón.

La política suele ofrecer respuestas prefabricadas que buscan anestesiar conciencias. En cambio el arte, cuando pone el mundo en entredicho y no se dedica únicamente a crear belleza, plantea las preguntas justas, aunque duelan. Ilham Majure, además de árabe y mujer en estos tiempos de racismo exacerbado, es una artista. Ése es su auténtico problema: los políticos suelen recelar del arte, que es huraño y difícil de someter, y únicamente lo apoyan si pueden domesticarlo de antemano.

Por eso a Majure le ha llegado el momento de la verdad: una de dos, o se blanquea la piel a lo Michael Jackson, acepta subvenciones y deja de pintar cosas de moros (con lo cual haría carrera entre la gente guapa de la política occidental), o se echa al monte del arte. Cara o cruz.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_