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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sufrir en los autobuses de la EMT

Como usuaria habitual de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) de Valencia, no comprendo en absoluto la falta de previsión que dicha empresa tiene y lo poco que le importan los usuarios que a diario lo utilizan como medio de transporte.

A continuación, algunos ejemplos: en la línea 62, cuando la Feria de Muestras (Benimàmet) está en funcionamiento, los usuarios vienen como sardinas en lata, y es lamentable que los visitantes que vienen a nuestra ciudad, y se desplazan a la feria en dicho autobús, sufran con el resto de ocupantes ese pasotismo y falta de previsión por parte de la EMT, cuando lo normal sería más servicio y mejores autobuses.

De la línea 81, no puedo comprender cómo hace paradas en la avenida del Oeste con todo el autobús lleno de gente, sin importarle en absoluto la pérdida de tiempo de sus ocupantes.

Sobre las líneas 60, 61, 62, 63 y el 22 en verano, ¿alguien me puede explicar por qué motivo si un usuario se encuentra frente al Nuevo Centro con la intención de ir al centro de la ciudad, puede perderlos todos, ya que siempre pasan uno detrás del otro (tienen miedo a perderse)?

En la línea 36 sólo hay dos autobuses con una frecuencia de 35 a 40 minutos, y como el recorrido es muy largo, lo más correcto es poner una tienda de campaña para esperarlo, y hacerse la comida o la cena mientras te lleva al final del recorrido...

Menos mal que ya ha pasado el verano, ya que los aires acondicionados de muchos de los autobuses huelen a demonios... y esto ocurre desde hace ya años. ¿Qué espera la EMT para revisarlos?

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Sólo me queda invitar a la alcaldesa, y al máximo responsable de la EMT, a que utilicen los autobuses públicos, a que los esperen en las paradas, a que sufran, como nos ocurre a diario a los usuarios, el deficiente y tercermundista trato que nos deparan.

Eso sí, agradecer y dar las gracias a los conductores que se merecen día a día un Nobel por el buen trato que dan a los usuarios, por sufrir los atascos, y por asumir las quejas. Los conductores y conductoras, lo mejor de la EMT.

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