Los goles adornan a un Celta en obras

Los goles siguen iluminando el camino de un Celta en obras que, a falta de un discurso que identifique la propuesta de la nueva temporada, exhibe dinamita en sus contadas ocasiones. Tan claro habla el partido de ayer de la eficacia del equipo vigués como de las calamidades del Tenerife, que no puso obstáculos a su victoria. En dos partidos suma el Celta seis puntos y seis goles, pero brillo no tiene.

Que el equipo está en construcción se comprobó bien rápido. Por primera vez, Mostovoi y Boban compartieron escenario, aunque con grave sacrificio para el croata, relegado a un posición alejada del área. No funcionó el Celta con el experimento, pero se fue al descanso con dos goles de ventaja porque en el ataque es venenoso. Y porque además tuvo bula: si el primer penalti lo fue, admite discusión; que Mostovoi estaba en fuera de juego en el segundo gol, no.

Con Giovanella en el campo se pareció más el Celta del segundo tiempo al de la temporada pasada. Incrementó la cuenta sin alardes, agarrado a un nuevo penalti exagerado que compensaba los reiterados errores en la señalización del fuera de juego en beneficio de la defensa adelantada tinerfeñista. Es decir, que la goleada pudo ser más abultada.