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UNIÓN MONETARIA

Duisenberg muestra los primeros billetes de euro

El presidente del BCE afirma que la moneda única es 'símbolo de integración, democracia y libertad'

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, presentó ayer los primeros billetes reales de euro en un acto en Francfort ante centenares de personas en el que, aseguró, se hizo 'presente el devenir de la historia'. Consciente de la importancia del momento, Duisenberg dejó a un lado su frialdad característica y dio rienda a sus emociones. Para ello, apeló al derecho que todos los ciudadanos tienen, incluso los banqueros centrales, a expresar sus sentimientos.

'En general, de los banqueros no se espera que expresen emociones o tengan sueños; se supone que han de pensar y hablar de números. Pero permítanme hacer hoy una excepción', comenzó. Y la excepción contuvo, probablemente, las palabras más encendidas de su presidencia, lastrada por el continuo declinar del euro frente al dólar y las polémicas que han envuelto al BCE.

'El euro', proclamó Duisenberg con emoción visible, 'es mucho más que una simple moneda, es un símbolo de la integración de Europa en el sentido amplio de la palabra; países de un continente tantas veces arrasado por la guerra se comprometen ahora a mantener la libertad, la democracia y los derechos humanos'.

El acto sirvió para dar a conocer los primeros billetes que 300 millones de europeos comenzarán a usar el próximo 1 de enero, en sustitución de sus viejos marcos, francos o pesetas. Hasta ahora sólo se conocían reproducciones incompletas. Ayer, por primera vez en la historia, Duisenberg sostuvo ante centeneres de cámaras, fotógrafos y periodistas, y por extensión ante toda Europa, los primeros billetes auténticos de euro. El acto también supuso el inicio de una campaña intensiva de cuatro meses para que los europeos tomen conciencia del cambio radical que se avecina.

El fin de una era

Wim Duisenberg recordó que 'en términos de integración económica, el euro es un símbolo del éxito de empresas e iniciativas que han atravesado fronteras y abatido barreras, de gente trabajando, comerciando y viviendo juntas'. 'Más aún, la introducción del euro marca el final de la era de la volatilidad monetaria en Europa'.

Tras un decenio de incertidumbres, la moneda europea empezará a circular físicamente el próximo 1 de enero. Desde hace casi tres años es ya una realidad jurídica y los tipos de cambio entre los doce países que la integran son irreversibles. Pero los ciudadanos aún manejan marcos, francos, pesetas. Desde el próximo 1 de enero, su moneda física será el euro. Detrás de las emocionadas palabras de Duisenberg palpitaba ayer ese difícil decenio, que arrancó con las tormentas monetarias y ha acabado con la continua devaluación del euro frente al dólar, el año pasado.

Todo eso pareció quedar atrás en el abarrotado escenario elegido por el banco para lanzar su campaña. El edificio de la nueva ópera de Francfort, a pocos metros de la torre de Europa, que alberga la sede del BCE, acogió un acto emocionante pero tumultuoso. Un acto que simbolizó los peores temores de algunos: el caos que puede reinar en Europa el 1 de enero próximo si las instituciones y Gobiernos de la zona euro han planificado el lanzamiento de su moneda con tan poca diligencia como el BCE ha preparado el acto de lanzamiento de su campaña de promoción. La moneda europea puede morir de éxito si los empujones y carreras de ayer entre periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión son augurio del caos que desde el 1 de enero puede haber en estaciones, bancos o comercios.

Los billetes presentados ayer incluyen hologramas, marcas de agua, hilos de seguridad, bandas iridiscentes y tintas de color variable que pretenden convertir la divisa europea en la más difícil de falsificar del mundo. Aunque, por difícil que llegue a ser, falsificar nunca será imposible, reconoció el miembro español del Consejo de Gobierno del BCE, Eugenio Domingo Solans.

La modernidad de las técnicas de impresión no han convertido al euro en una divisa que destaque por su belleza. Sus siete billetes, por valor de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros, no son especialmente atractivos, según la opinión general, aunque tiene la buena intención de representar la integración europea: ventanas, arcadas y puentes que simbolizan la unidad de Europa y su apertura al resto del mundo.

El banco no quería ayer vender el producto a los ciudadanos, sino lanzar la gran campaña que pretende explicar a los europeos y al mundo entero qué es el euro y por qué hay que confiar en la nueva moneda europea.

'Y, por supuesto, el euro es también un símbolo de la futura integración de 300 millones de personas', añadió. 'Dentro de pocos meses, el 1 de enero de 2002, esos 300 millones de personas podrán cruzar por primera vez 12 fronteras nacionales y descubrir que la moneda de sus vecinos es la misma que ellos mismos usan en casa. Ese hecho, estoy convencido, va a tener un impacto enorme en la Europa de la moneda única; los europeos van a tener la sensación de que están en casa allí donde estén a través de Europa'.

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