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Reportaje:CAMPUS DE VERANO

LA PIANISTA ROSALYN TURECK, LOCA POR BACH

La artista, de 86 años, que ha dedicado toda su vida al compositor alemán, recibió ayer la medalla de la UIMP y alertó a los jóvenes sobre el verdadero amor a la música

Jesús Ruiz Mantilla

Dice Rosalyn Tureck que la música no puede seguir aislada. Por eso lucha por relacionar la creación en los pentagramas con el mundo. Ayer, con 86 años, comentó sus proyectos de futuro tras recibir la medalla de oro de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Santander. Nacida en Chicago en 1914, Tureck ha conectado la obra de Johan Sebastian Bach con la arqueología, la física, las matemáticas, el inconsciente o la biología. 'Ahora me dedico en cuerpo y alma a la escritura. Preparo un libro sobre estructura y mi autobiografía, pero pienso escribir 10 más porque, como he dicho muchas veces en los últimos años, me siento muy joven y sigo creciendo'.

Se apoyaba con una mano en un bastón y con otro el brazo en Paloma O'Shea, directora de la Escuela Reina Sofía y amiga suya.

Habló de Bach. 'Decidí dedicar mi vida a él porque hoy no hay estudioso, intérprete o persona que diga que él no ha sido crucial en la música. Era el más grande. No hay compositor que no otorgue completo crédito a la influencia profunda de Bach en toda la historia'.

Pero ella nunca ha querido reducirlo a su tiempo, a su época. 'Debuté a los 17 años en el Carnagie Hall de Nueva York. ¿Saben con qué? Interpretando a Bach con instrumentos electrónicos', dijo. 'He tenido la suerte de conocer el sonido de Bach en mi juventud de muchas maneras y es algo que trasciende el tiempo', aseguró. Lo sabe de muy buena tinta, porque ha conocido esa época en la que pocos se atrevían a traducir la obra de Bach a otros instrumentos. Desde el principio, cuando estaba en la escuela Juilliard de Nueva York, se enfrentó a la obra del alemán. Tardó cinco semanas en estudiar las Variaciones Goldberg bachianas y la gente no sabía qué pretendía exactamente. '¿Quién es ese Goldberg?', me preguntaban muchos compañeros, creían que el del título era un compositor. Las hice con 16 años'. Luego, durante los 70 años restantes de carrera, ha habido pocos días de su vida que no se dedicara a Bach. Desde el piano o desde su Fundación Tureck-Bach de Investigación, creada en 1993. 'No hay buenas interpretaciones sin horas de estudio detrás, no sólo en la partitura, sino en la vida, en las circunstancias que rodean a los músicos', dijo. Es una de las razones por las que escribe ahora su autobiografía. 'Por eso y por otra cosa. Veo que los jóvenes intérpretes están más preocupados por sus carreras que por el arte. Enseguida se obsesionan por los contratos discográficos y por las actuaciones'.

Rosalyn Tureck, a la izquierda, con José Luis García Delgado, rector de la UIMP, y Paloma O'Shea.
Rosalyn Tureck, a la izquierda, con José Luis García Delgado, rector de la UIMP, y Paloma O'Shea.PABLO HOJAS

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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