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Reportaje:

Más veteranos que Jordi Pujol

81 alcaldes catalanes ocupan el cargo desde las municipales de 1979

El 3 de abril de 1979 los 880 municipios catalanes eligieron democráticamente a sus alcaldes en las primeras elecciones locales que se celebraban en España desde la Segunda República. Veintidós años después, 81 de estas poblaciones, algunas de ellas tan emblemáticas como Terrassa o Girona, siguen gobernadas por la misma persona que entonces refrendaron las urnas, alcaldes que ya han superado en un año el tiempo de mandato del propio presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Los hay incluso que tan sólo necesitaron un puñado de votos para perpetuarse en un cargo que obtuvieron, en época de Franco, gracias a los favores de algún gobernador civil.

Tras 40 años de dictadura, existía en Cataluña una profunda ignorancia sobre el funcionamiento de las instituciones democráticas, sobre todo en las comarcas rurales, donde además reinaba cierta suspicacia, en algunos casos rencor, hacia las formaciones de izquierda. Ello provocó que en los pueblos la mayoría de los candidatos se presentaran por listas independientes. Por el contrario, en las ciudades, con mayor experiencia y organización en la oposición al franquismo, abundaron las candidaturas del PSC y del PSUC, y en general los alcaldes han continuado en el mismo partido tras 22 años de gobierno municipal. No así en los pequeños municipios, cuyos primeros ediles independientes han acabado por militar en alguna fuerza política y presentarse bajo sus siglas en las últimas elecciones, en junio de 1999.

Convergència i Unió ha sido la más beneficiada de este trasvase. De los 81 alcaldes que siguen en el cargo y que en 1979 se presentaron como independientes, un total de 26 militan ahora en la coalición nacionalista. CiU también recogió los miembros de las listas de Centristes per Catalunya y alguno de Esquerra Republicana, como Joan Sabanza, de Móra la Nova (Ribera d'Ebre), y Josep Palmerola, de Seva (Osona). Sabanza, por ejemplo, ha sido elegido alcalde de Móra la Nova por ERC, Esquerra Catalana -el partido de Joan Hortalà escindido de los republicanos- y finalmente por Convergència i Unió.

CiU le ganó la partida al PSC en su ansia de captar a independientes. Los socialistas catalanes tan sólo se han hecho con cuatro. Menos éxito ha cosechado el Partido Popular. Tan sólo Josep Armengol, alcalde de Els Omells de na Gaia, en la comarca del Urgell, concurrió en 1999 bajo las siglas de los conservadores.

En otros, en cambio, el camino político ha sido más tortuoso. Joan Surroca Vila, alcalde de la pequeña población de Vall-llobrega (Baix Empordà), se presentó en 1979 por CiU. En los últimos comicios lo hizo por Iniciativa per Catalunya-Verds. 'Yo siempre he sido de izquierdas y comunista. Pero en 1979 aquí éramos 180 habitantes. Nos reunimos unos cuantos vecinos en mi casa, nacionalistas y socialistas, y decidimos que nos presentábamos por Convergència i Unió', asegura. Su primer gobierno agrupó a todas las fuerzas, los denominados gobiernos de unidad, como sucedió en buena parte de los ayuntamientos de Cataluña. 'Además de enormes dificultades, teníamos a todos los funcionarios en contra. Creímos que lo mejor era gobernar unidos', recuerda también el socialista Joan Vich, alcalde de Vilanova del Camí. La juventud y las ansias de trabajar por el pueblo suplían en muchos casos la experiencia. En 1979 por ejemplo, Joan Campolier, actual alcalde de Santa Susanna (Maresme), se convirtió en el alcalde más joven de Cataluña, con 22 años.

En las siguientes elecciones, las de 1983, los candidatos ya buscaron mejor acomodo bajo unas siglas ideológicas. 'Habían pasado cuatro años y nos presentamos por la Unió de Progrés Municipal, que reunía a fuerzas de izquierda, como he sido siempre', afirma Surroca a modo de disculpa por su pase de CiU a IC-V.

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A Manuel Royes, alcalde de Terrassa y actual presidente de la Diputación, le gusta relatar que en la primera legislatura sus vecinos de Matadepera -una población conservadora donde las haya- los asaltaban, a él y a sus familiares, llamándoles 'rojos' por su pertenencia al PSC.

Royes, junto con Joaquim Nadal, de Girona, son, de los alcaldes que permanecen en el cargo desde 1979, los que gobiernan las ciudades con mayor número de habitantes. Nadal ya ha anunciado que abandonará su cargo en la presente legislatura. Le pasará el testigo a Anna Pagans, que a principios de años fue nombrada adjunta a la alcaldía.

Entre los alcaldes más longevos se encuentra el de Olesa de Bonesvalls (Alt Penedès), Marià Tutusaus, de 76 años, que accedió a la alcaldía a mediados de los años sesenta, como Miquel Marqués, alcalde de Madremanya (Gironès); Josep Grau, de Jafre (Baix Empordà), y Amadeu Duch, de Els Garidells (Alt Camp), que llevan casi 40 años en el cargo.

Joan Surroca, con 69 años, todavía no ha decidido si volverá a presentarse. Ahora Vall-llobrega ya tiene 400 habitantes, un dispensario médico, una famarcia y un nuevo edificio consistorial. En el pueblo no hay gente joven que pueda o quiera dedicarse todo el día a la tarea de alcalde, como hace él desde 1979. Pero cree que el cargo le beneficia personalmente: 'Cuando una persona se hace mayor la materia gris se le oxida. Pero si tiene objetivos, expectativas y ganas, la conserva. Y yo quiero conservarla por mí y por este pueblo'.

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