Segunda Semana del Comercio Justo en solidaridad con los países pobres
La II Semana del Comercio Justo de Barcelona, que durante siete días ofrecerá numerosas actividades para impulsar entre los ciudadanos el denominado consumo solidario de productos de países pobres, empezó ayer. Una muestra de productos, foros, actividades lúdicas y exposiciones en la avenida de la Catedral darán a conocer las repercusiones negativas del sistema comercial internacional en los pequeños productores de materias primas. Organizada por siete ONG catalanas y con el apoyo de diversas instituciones, el objetivo de esta semana, según el concejal de Participación Ciudadana, Pere Alcober, 'es denunciar que el comercio actual entre el Primer y el Tercer Mundo no se realiza de forma justa'. Los productos justos que se ofrecen al consumidor 'tienen la garantía de haber sido manufacturados respetando los derechos sociales de los pequeños productores, con salarios justos, igualdad entre géneros, sin explotación infantil, respetando el medio ambiente', explicó Santi Bolibar, de Intermón Oxfam. La campaña de Comercio Justo denuncia las 'repercusiones negativas' que el actual sistema comercial y 'la especulación en las bolsas internacionales' tienen sobre los países pobres, y que producen unas pérdidas de 700.000 millones de pesetas al año para el Tercer Mundo, afirmó Toni Codina, de SETEM. Los plátanos o el café son dos productos típicos de comercio justo: el presidente de la Red de Consumo Solidario, Xavier Montagut, señaló que el mercado del plátano está dominado por tres grandes empresas que producen altos índices de toxicidad en su cultivo y ofrecen salarios muy bajos a los campesinos, que no tienen derecho a sindicación. Asimismo, los pequeños cultivadores de café venden su producción a un precio 'cuatro veces por debajo de lo que los propios productores consideran necesario para mantenerse', indicó. En Cataluña existen 600 puntos de venta y 300 establecimientos de comercio justo.
