Quizá un 'crooner' adulto

Noche de buenas melodías. Actuó primero la barcelonesa María Rodríguez Rey, ex solista del grupo Los Amantes de María, realizando un buen debú como solista: tiene voz, estilo y canciones, aunque éstas han de ser algo más fáciles. Le relevó Weller, también en clave acústica y con la sala a rebosar. El ex Jam Paul Weller es un buen cantante, buen guitarrista y buen compositor. Pero, a base de carácter británicamente puñetero, ha encerrado sus propias canciones en una especie de cárcel de oro, cuyos barrotes son sus propias, y tal vez erróneas, intuiciones musicales folkies y sicodélicas, impidiéndoles coger el vuelo deseado. Sus temas desnudos sonaron con calor vocal y convicción. Amongst butterflies, All the pictures on the wall, Back in the fire o Everything has a price to pay mostraron una arquitectura musical perfecta. El problema era que faltaban instrumentos, arreglos, voces, color. Con esa forma extraordinaria de cantar con la que Weller se acerca al jazz, al soul o al pop de raíz negra, se echaba de menos toda una orquesta para hacer de él lo que tal vez él mismo esté reprimiendo: el deseo o la necesidad de convertirse en un crooner adulto. Como siempre, That's entertainment fue el momento más celebrado: The Jam siguen sin morir del todo.