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La Federación Española cree 'imposible' que Cataluña compita con una selección independiente

La pretensión de que Cataluña compita en las Olimpiadas de ajedrez y en los Campeonatos de Europa choca frontalmente con los estatutos de la Federación Internacional (FIDE). Es la postura de la Federación Española (FEDA), cuyo presidente, Javier Ochoa de Echagüen, manifestó ayer: "Por supuesto, no estamos a favor de la solicitud de la Federación Catalana. Pero, además, nos parece imposible que prospere".

Ochoa apeló concretamente al capítulo 2 de los estatutos de la FIDE, en cuyo punto 2.1 se establece que "sólo una federación de cada país puede ser afiliada a la FIDE". Sin embargo, el asunto estaría bastante más claro si en lugar de la palabra country, que no necesariamente se refiere a un estado soberano –por ejemplo, en Basque Country-, se emplease state. Tal como está redactada, la frase deja abierto un resquicio que, unido a la imagen de caos, pasteleo y pragmatismo a ultranza que ha caracterizado a la FIDE en los últimos veinte años, permite varias interpretaciones.

El sentido común indica que ese artículo se añadió a los estatutos para cerrar el grifo abierto por la situación de los territorios británicos de Gales y Escocia, por un lado, y las Islas Feroe (Dinamarca), por otro. Los tres participan en las Olimpiadas de ajedrez con sus propias selecciones y constituyen una tradición con pocos visos de ser ignorada. Precisamente en la historia está el principal argumento de la Federación Catalana, que fue una de las fundadoras de la FIDE en 1924; España se afilió unos dos años más tarde.

Reabrir el grifo podría ser una fuente adicional de ingresos para las maltrechas arcas de la FIDE, dado que todos los miembros deben pagar puntualmente sus cuotas. Sin embargo, ello implicaría una huida hacia delante con imprevisibles secuelas. Es razonable pensar que el camino abierto por Cataluña sería inmediatamente aprovechado por otros territorios donde el nacionalismo tiene un peso indudable. Por ejemplo: el País Vasco y Córcega, por no hablar de las pequeñas repúblicas autónomas de Rusia, donde el ajedrez sigue siendo un deporte nacional.

Josep Flores, presidente de la Federación Catalana, corrigió una imprecisión de este diario en su edición de ayer: el documento de solicitud fue enviado a la FIDE, y no al Comité Olímpico Internacional (COI), si bien Flores habló personalmente al respecto con Juan Antonio Samaranch. De hecho, parece improbable que la FIDE pueda decidir sobre el asunto sin consultar con el COI, dado que ambos organismos negocian la introducción del ajedrez en los Juegos Olímpicos.

Precisamente en esa relación hay otro dato de interés. Samaranch ha recibido peticiones similares durante su mandato, que termina en julio. Pero las ha rechazado: los deportistas de Escocia, Gales y las Islas Feroe no forman selecciones propias en los Juegos, sino que son eventualmente incluidos en las de Gran Bretaña y Dinamarca. El grifo abierto en el fútbol, el ajedrez y otros deportes (por ejemplo, el territorio danés de Groenlandia compite con una selección propia en balonmano), está cerrado en el COI, salvo en casos muy especiales, como el de las Islas Vírgenes Británicas. Y nada indica que vaya a abrirse pronto.

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