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TURISMO | LOS ECOLOGISTAS CRITICAN SU EFECTO SOBRE LOS RECURSOS HÍDRICOS

Los campos de golf generan un negocio de 12.000 millones al año en la Costa Blanca

Sin embargo, ante la eclosión de estas instalaciones, los ecologistas y Esquerra Unida han lanzado la voz de alarma. Advierten de que la proliferación de campos de golf en la Comunidad puede acentuar la escasez de recursos hídricos que históricamente padece la región. Una instalación de estas características consume entre los 550.000 y 600.000 metros cúbicos al año.

Sin embargo, el presidente de la Asociación de Campos de Golf de la Costa Blanca, Javier Marroquín, rechaza esta consideración ya que, afirma, el agua empleada es residual. 'A diferencia de lo que la gente piensa, no estamos esquilmando pozos. El agua procede de las depuradoras, que en muchos casos están ubicadas en los propios campos', concluye. Para Marroquín, enriquecen la zona porque no sólo ayudan a crear una masa arbórea importante en zonas áridas, sino que contribuyen a repoblar la fauna del entorno, y regeneran los acuíferos.

El incremento constante de jugadores extranjeros que se desplazan durante el invierno a la Comunidad con el golf como principal motivo, ha incentivado al sector mobiliario que observa en este deporte un gran negocio. Las administraciones públicas tampoco han pasado por alto esta circunstancia que comienza a identificar a este deporte como concepto revalorizador del terreno.

Según revela un estudio realizado por la Asociación de Campos de Golf de la Costa Blanca, por cada peseta que un turista jugador gasta en servicios directos por la práctica de este deporte, emplea entre seis y siete pesetas en otros servicios indirectos relacionados con la actividad. Asimismo, el gasto medio por turista extranjero (que representa el 54% del total de usuarios en la Costa Blanca) supera las 35.000 pesetas por día, frente a las 28.000 pesetas del jugador nacional.

Por lo que se refiere a futuros proyectos, las provincias de Alicante y Castellón acumulan el mayor número de ellos. La capital de La Plana, con tres instalaciones de estas características en la actualidad, contará con ocho campos de golf en un plazo de cinco años; mientras, la provincia de Alicante duplicará sus instalaciones. Valencia es, por contra, la única provincia que no prevé crear más instalaciones, según adelantó el secretario general de la Federación de Golf de la Comunidad Valenciana, Javier Gil.

Valor añadido para las viviendas

Los viajes, los alojamientos y la compra de residencias constituyen el principal bloque de gastos indirectos que genera el golf en la actividad turística de las zonas en las que se ubican estas instalaciones. Este dato sobre el valor añadido de los campos de golf no ha pasado inadvertido para los promotores inmobiliarios. En la Costa Blanca casi todos los campos existentes y los nuevos proyectos están ligados a complejos urbanísticos residenciales. Marroquín argumenta que la presencia de estas instalaciones deportivas de élite incrementa considerablemente el valor medio de las viviendas anexas -en algo más de un 25%-, además de acelerar el ritmo de venta de las residencias. Además, un campo de golf lleva aparejado la construcción de unas 2.500 viviendas. El presidente de la asociación provincial asegura que las 13 instalaciones abiertas en la Costa Blanca supondrán la creación de unas 25.000 nuevas viviendas, lo que representa un volumen de negocio para el sectotor de la construcción que se aproxima a los 500.000 millones de pesetas.

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