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Anand ve lejano el fin del cisma

Mucho ruido y pocas nueces. Así puede resumirse el estado de las negociaciones para que sólo haya un campeón del mundo, a juzgar por lo que dijo ayer el indio Viswanathan Anand, poseedor de la corona oficial: “Estudiaré con interés cualquier propuesta para enfrentarme a Vladímir Krámnik [el campeón oficioso, que destronó a Gari Kaspárov]. Pero no he recibido ninguna. El fin del cisma no llegará este año”.

Esa revelación ilumina el panorama. La Federación Internacional (FIDE) y la empresa británica Brain Games, que organizó el duelo Kaspárov-Krámnik, han mantenido conversaciones para reunificar los dos títulos mundiales, pero sin llegar siquiera a un principio de acuerdo. Krámnik no ha mostrado ningún entusiasmo por el asunto, y tampoco da muestras de que le interese disputar un duelo de revancha contra Kaspárov. La FIDE tiene previsto que el próximo Mundial se juegue entre noviembre y enero, aunque la sede está sin designar. El de Brain Games está en el aire, aunque sus directivos aseguran que hay una posibilidad razonable de que el Torneo de Candidatos se dispute en Argentina.

Anand entiende y comparte, aunque con importantes matices, la lluvia de críticas que cae últimamente sobre la Federación Internacional (FIDE). “Parece que sus directivos no aprenden de los errores cometidos. Hay una evidente falta de diálogo, sobre todo en lo referente a la drástica aceleración del ritmo de juego [que limitará a dos horas la duración de casi todas las partidas]. Una cosa es que la idea en sí pueda ser buena, además de necesaria. Y otra que la FIDE la haya transformado en una orden sin agotar antes el diálogo”, añadió el indio, durante una conversación con este diario, en referencia a las importantes federaciones nacionales que han protestado contra la FIDE.

Entre ellas están las de España, Portugal, Francia, Alemania, Holanda e Italia. “Esos conflictos frecuentes dañan la imagen del ajedrez”, sintetizó Anand. Tal vez por ello, el ruso Kirsán Iliumyínov, presidente de la FIDE, ha insinuado recientemente que la aplicación del nuevo ritmo, ordenada desde el 1 de enero mas muy poco obedecida hasta el momento, será paulatina.

Pero las críticas del campeón oficial, quien derrotó con claridad en la final de Teherán al español Alexéi Shírov, no llegan al punto de apoyar la rebelión que propugnan los excampeones, y antiguos rivales encarnizados, Gari Kaspárov y Anatoli Kárpov: “En la actitud de Kaspárov no hay nada nuevo. Él provocó el cisma [junto al británico Nigel Short] en 1993, y ya antes había tenido grandes trifulcas con la FIDE. En cuanto a Kárpov, no es fácil distinguir entre lo que puede haber de objetivo en sus críticas y la subjetividad originada por la demanda judicial que presentó contra la FIDE tras negarse a defender su título en Las Vegas [en 1999]. En todo caso, tampoco podemos olvidar que la FIDE ha logrado organizar el Mundial durante tres años seguidos con premios millonarios para muchos jugadores. Eso también debe pesar en la balanza”, concluyó.

Anand asistió ayer con el búlgaro Véselin Topálov a la presentación del torneo Ciudad de León en la redacción del diario ‘Marca’, en Madrid. Topálov, 8º del mundo, opinó sobre la crisis desde otro ángulo: “Kaspárov y Kárpov han ganado mucho más dinero que el resto de la élite, y eso influye sin duda en su actitud”. Y expresó ideas muy claras sobre la duración de las partidas: “La supuesta pérdida en la calidad del juego que algunos auguran será imperceptible para el 95% de los aficionados. Además, dudo mucho de que les importe. Lo que ellos quieren es ver partidas de lucha y riesgo, y disfrutar del espectáculo. Si mi rival tiene poco tiempo para pensar, yo me atreveré a hacer jugadas interesantes pero arriesgadas, que ahora evito con frecuencia ante el temor de que mis adversarios puedan refutarlas tras una larga reflexión”. Y añadió otro argumento: “Por muy interesante que sea un torneo, hay poca gente que pueda seguirlo en directo por Internet durante más de cinco horas, y mucha que estará encantada si se reducen a dos”.

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