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Los enigmas de la necrópolis de Troya

Arqueólogos de Jaén realizarán estudios genéticos en los restos de pobladores iberos

Ginés Donaire

Las técnicas más avanzadas del siglo XXI servirán para desentrañar parte de la historia primitiva de Jaén. Responsables del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, con sede en la Universidad jiennense, van a llevar a cabo una investigación que, tomando como base la cámara sepulcral hallada el pasado octubre en la necrópolis ibera de Toya, aplicará análisis forenses, estudios genéticos y muestras químicas con el fin de determinar, entre otros aspectos, la edad y el sexo de los antiguos pobladores cuyos restos han aparecido en este exponente de enterramientos colectivos de la época ibera.

El rector de la Universidad de Jaén, Luis Parras, y la delegada provincial de Cultura, Andrea Gómez, firmaron ayer el convenio por el que la Junta financiará el coste de la investigación que dirigirán los profesores Arturo Ruiz y Manuel Molinos. El estudio persigue poner en valor la cámara sepulcral, segunda que se localiza en la necrópolis de Toya, en Peal de Becerro (Jaén), tras la encontrada por un agricultor en 1909. Esta segunda cámara es incluso más antigua -los arqueólogos la sitúan entre los siglos VII y VI antes de Cristo- y está incrustada en una roca, algo inusual en la cultura ibera.

Ritos funerarios

El profesor Arturo Ruiz, director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, ha explicado que el hecho de que la cámara no haya sido removida ha facilitado su estado de conservación, lo que permitirá 'obtener una valiosa información del entorno y de los antiguos pobladores iberos'. En su parte superior, la cámara conserva restos del llamado trinum, una especie de plataforma donde se celebraban las piras (incineración de los cadáveres) y los ritos funerarios. Sin embargo, a diferencia de la primera cámara localizada, de ésta se han conservado restos de huesos y cenizas a los que ahora se aplicarán las técnicas más avanzadas para intentar averiguar datos de aquellos pobladores.

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Así, Arturo Ruiz dice que se llevarán a cabo análisis por equipos forenses especializados, así como estudios genéticos que permitirán determinar la edad y el sexo de los miembros enterrados en la cámara. Por si fuera poco, los arqueólogos de la Universidad de Jaén llevarán a cabo análisis químicos sobre los pavimentos de la cámara sepulcral, técnica ya aplicada en las excavaciones arqueológicas efectuadas en el yacimiento del Pajarillo.

'Todo esto nos va a permitir obtener información sobre cómo eran los ritos funerarios de los pobladores iberos, si los enterramientos colectivos pertenecían a una misma familia y, en definitiva, conocer un poco más de la cultura ibera', asegura el catedrático de Arqueología Arturo Ruiz. La investigación culminará con trabajos de protección en el entorno de la cámara, que completarán las tareas de prospección llevadas a cabo en su día por el arqueólogo de la Delegación de Cultura, Marcelo Castro.

La cámara de Toya guarda relación con los yacimientos de Basti (Baza, Granada), Almedinilla (Córdoba), Baria (Villaricos, Almería) y Tutugi (Galera, Granada). No obstante, los expertos consideran que la jiennense es la cámara con mejor estado de conservación de las tres existentes en toda Europa.

Tugia -nombre primitivo de Peal de Becerro- fue en el siglo VI antes de Cristo el centro del pueblo mastieno, que tuvo especial influencia en la ruta que comunicaba Murcia y Almería con el alto valle del Guadalquivir. Dos siglos más tarde se construiría la cámara sepulcral de Toya descubierta a principios del siglo pasado, que es de planta circular y apenas tiene un metro de altura.

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