<l>28 de febrero</l>
Me da tristeza comprobar cómo llegado el 28 de febrero los andaluces hemos dejado de celebrar el día de nuestra tierra. Salvo los actos institucionales y los que tienen lugar en colegios, institutos y alguna que otra asociación, los ciudadanos y ciudadanas de esta tierra hemos perdido el interés por celebrar nuestro día. Ni siquiera sacamos ya la blanquiverde a nuestros balcones y ventanas como hace más de veinte años.
En otros pueblos de España la gente sale a las calles y plazas de sus ciudades a homenajear su tierra y a sus gentes, colocando flores en sus monumentos, sacando sus banderas, comprando libros sobre su historia o sus personajes célebres, en fin, celebrándolo festivamente y con emoción.
Aunque sólo soy un andaluz de a pie quisiera llamar la atención a mis conciudadanos de todas las provincias y pueblos de Andalucía para que no se dejen adormecer, para que reivindiquen su tierra, al menos ese día, y lo celebren con los suyos. Sintámonos orgullosos de ser lo que canta nuestro himno 'hombres (y mujeres) de luz que a los hombres alma de hombres les dimos'. Saquemos la bandera de la paz, la concordia y la esperanza de los baúles. Colguémosla y festejemos el día de nuestro pueblo.