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Reportaje:

Reales sitios virtuales

Una página 'web' permite realizar un paseo enjundioso por el Palacio Real

A partir de hoy, el Palacio Real de Madrid puede ser recorrido mediante un paseo muy especial: se despliega por tres dimensiones, más la que mece a la música, y se adentra hasta rincones a los que no cabe llegar durante las visitas a pie por sus salones y estancias, de tan altos techos. Se trata de una página virtual en la que se penetra gratuitamente desde cualquier ordenador vinculado a Internet. La página es resultado de un convenio entre Patrimonio Nacional y la Fundación Telefónica, cuyos responsables, el duque de San Carlos y Roberto Velázquez, respectivamente, la presentaron ayer en Madrid.

La compañía de teléfonos ha puesto los equipos técnicos, dirigidos por el catalán Roger Gilabert, y Patrimonio Nacional ha documentado el escenario, bajo la supervisión de la conservadora Pilar Benito y de José Borja. Un equipo de 20 personas ha hecho posible, después de dos meses de esfuerzo y 3.000 fotografías, esta iniciativa, la primera de carácter tridimensional que se establece en España tras los recorridos virtuales por las catedrales de Oviedo y Cuenca, recién experimentados por Telefónica.

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Visita virtual:

La visita virtual por palacio consta de 75 fichas y 17 hitos de interactividad; esto es, encrucijadas con sustancia histórica, artística o informativa desde las que el viajero puede proseguir transversalmente su paseo y perderse guiado sólo por su interés y su imaginación... Bajo el suelo que la mirada del infonauta contempla se desplaza un verde encendido: corresponde al sucedáneo virtual del césped que tapiza la zona de jardín francés del tan agrestemente inglés Campo del Moro, el ámbito vegetal donde el palacio madrileño enraiza. La mirada avanza alzada por los parterres y con algo de vértigo se posa sobre los setos para quedar seducida por la espléndida fuente de los Tritones. Si el paseante desea averiguar quién la esculpió, el ratón rodante que acciona le indica que fue obra de Felipe de Castro en el siglo XVII. Si decide recorrer el interior palaciego, sus pesquisas le permitirán informarse de los mil símbolos y detalles que ornamentan el salón del Trono, así como de quienes en él se sentaron, sus lazos de parentesco, sus retratos...

Además, el paseante podrá contemplar, instalada, la mesa de los banquetes oficiales, esos que se preparan para agasajo de jefes de Estado, con mantelería, cubertería, vajilla y cristalería únicas para la ocasión y que raramente el visitante, digamos físico, puede observar: los días de recepción el palacio cierra al público, como las jornadas de presentación de credenciales ante el Rey por los diplomáticos recién acreditados.

La visita virtual desde www.patrimonionacional.es no logra suplantar el paseo a pie por los anchos ámbitos del palacio, pero permite el deleite de evocar uno de los ambientes fastuosos de Madrid, sus hirientes destellos, sus penumbras hondas.

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