El Espanyol hace las paces con su afición a costa del Villarreal
El Espanyol escenificó ayer su mejor partido de la temporada en Montjuïc, tres días después del pacto de no agresión entre los aficionados y el equipo. Los blanquiazules destaparon un fútbol de buena calidad. Lo mucho que hizo el Espanyol lo hizo bien y, de no ser por su falta de puntería, el Villarreal se habría marchado con una goleada.
Los blanquiazules presionaron, manejaron la pelota, controlaron el ritmo y crearon jugadas de mérito. La inspiración de Posse, que marcó el primer gol; el talante de Sergio, el virtuosismo de Roger y la astucia de Tamudo, autor del segundo, fueron suficientes para conseguir un triunfo merecido y aventar el mal ambiente.
El Villarreal estuvo descentrado. No encontró la referencia de Cagna y notó las ausencias de Víctor en el ataque y Unai en la zaga. El gol de Craioveanu sólo llevó un poco de emoción a la grada, donde se encontraba Martín Palermo, el fichaje estrella del club castellonense.