El teatro Fígaro celebra el centenario de Noel Coward con 'La fiebre del heno'
Nunca es tarde si se trata de poner en escena una comedia, y más si es de Noel Coward. Pero en España casi se pasa el arroz de la risa, porque este año, que está a punto de terminar, ha sido el centenario del nacimiento de este autor británico, creador del tipo de comedia teatral que en el cine popularizaron Cukor o Wilder, y nada suyo ha pisado un escenario nacional. La cara se ha salvado gracias a que el productor privado Ángel García Moreno estrena hoy en el teatro Fígaro la primera comedia de Coward, La fiebre del heno, protagonizada por María Luisa Merlo.
Excesivo
Una actriz británica retirada, que por razones desconocidas reside en Nueva York, es la figura central de esta comedia y de un curioso clan, el de los Bliss, que la odia y envidia al tiempo que no puede prescindir de ella. De él forman parte su marido -encarnado por Pedro Cive-ra-, un escritor de "novelones" según su esposa, y de "grandes obras de la literatura" según la joven admiradora de turno, encarnada por la actriz Ana Soriano. Junto a ellos viven sus dos hijos: la chica (Cruz Sánchez), eternamente insatisfecha porque sus padres no han creado para ella el ambiente que necesitaría para realizarse, y el joven bohemio (Raúl Sanz), experto en eludir responsabilidades, como explicó Jaime Azpilicueta, autor de esta versión, que barre hacia el teatro del absurdo, durante la presentación de la obra. En esta familia, las discusiones por lo más banal se trufan de la ironía más mordaz, pero entre todos construyen "una vida de teatro para poder entenderse", describió. "Es una comedia brillante y divertida, epidérmicamente intelectual, en la que subyace una feroz crítica a la sociedad británica de 1924, cuando Coward, que contaba esa misma edad, escribió esta obra mientras vivía en Nueva York", continuó Azpilicueta.
Por su parte, María Luisa Merlo subrayó la dificultad que entraña un personaje "que se pasa la vida haciendo un drama de todo". "Como me pase un poco, quedo payasa; tengo que guardar muy bien el equilibrio con un personaje tan excesivo, aunque la verdad es que conozco a bastante gente real que lo dramatiza todo", describió esta hija y madre de actores. "No me lo pasaba tan bien en un ensayo como desde que a los siete años me ponía el vestido de comunión y cobraba una peseta por improvisar unas coplas en mi terraza de la casa de Valencia", dijo la actriz. Y es que Noel Coward, nacido el 23 de diciembre de 1899, fecha navideña a la cual debe su nombre, no era aficionado a quedarse en la comedia superficial, sino que gustaba de lanzar cargas de profundidad bajo la aparente frivolidad de las escenas. Coward comenzó a escribir cuando desapareció su admiradísimo Oscar Wilde, de quien, "más que tomar el relevo, fue casi como una reencarnación", según Azpilicueta. Homosexual declarado y profundo fustigador de los convencionalismos sociales de la sociedad inglesa de principios de siglo, de la cual se manifestaba orgulloso de formar parte, Coward siguió escribiendo comedias como El espíritu burlón, que se representó en España hace un par de años.
La primera versión de La fiebre del heno que visitó España lo hizo en 1952. "Entonces se llamó La encantadora familia Bliss, cuando de encantadora no tiene nada, están majaras", añadió Azpilicueta. "Entonces chocó bastante con la censura y la mentalidad pacata del momento, porque no era muy normal ver que una señora invitase a un fornido boxeador a pasar el fin de semana en su casa mientras su marido hacía lo propio con una atractiva señorita".
"La situación amoral y el humor absurdo se entienden mejor ahora; algunas discusiones son iguales que las que hay en muchos matrimonios", añadió Pedro Civera, que destacó la inteligencia del humor propuesto por Coward. "Me parece imprescindible que haya una comedia como ésta en la cartelera", dijo el actor, "nos lo pasamos muy bien haciéndola, y esperamos que el público se contagie".
La fiebre del heno. Teatro Fígaro. Doctor Cortezo, 5; metro Tirso de Molina. De 2.000 a 3.000 pesetas. Horarios en cartelera.
