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Una carpeta con grabados de seis artistas celebra los 25 años de la Miró

Paradójicamente, el arte no siempre es fuente de amor. Manuel Vicent, en La novia de Matisse, su última novela, pone en boca de una vieja musa de las vanguardias palabras que no dejan bien parado a Picasso. Pero salvo algunas excepciones, la creación es síntoma de buenas vibraciones. Prueba de ello es el trabajo realizado en la carpeta de grabados de conmemoración de los 25 años de la Fundación Miró, que ha hecho confluir en el trabajo a seis artistas amigos, unidos, además, por su deuda con Miró. "Seguramente, ninguno de nosotros seríamos artísticamente lo que somos sin la influencia de Miró", dijo Frederic Amat en la presentación de la carpeta el pasado miércoles en la Fundación Miró. Junto a él, Alfons Borrell, Antoni Llena, Riera i Aragó, Perejaume y Robert Llimós, este último, el único que no pudo asistir al acto. La edición de 75 ejemplares, que se pondrá a la venta en la Fundación Miró al precio de 250.000 pesetas, ha sido realizada en el taller de Murtra Edicions, en Arenys de Mar. La dirección del trabajo ha corrido a cargo de Jordi Rosés y el estampado ha sido responsabilidad de Pilar Lloret.

Alfons Borrell presenta un trabajo de corte minimalista con aguatinta y collage. De apariencia sencilla, pero de gran profundidad, el trabajo de Borrell asemeja un ventanal realizado con tres pinceladas de rojo, azul y amarillo. Un simbolismo que enlaza con la obra de Robert Llimós, donde desde una perspectiva más convencional se sugiere el ansia de libertad representada por una bandada de pájaros. El grabado de Antoni Llena también ha requerido esmero, ya que para que permanezca estable un hilo de algodón que forma parte del collage empleado en la obra se ha utilizado un papel tan fino que apenas es perceptible.

Riera i Aragó ha combinado el aguatinta, el aguafuerte, la punta seca y el collage para ofrecer un acertada síntesis de su propio mundo con el de Miró. Perejaume ha utilizado un conglomerado de técnicas para presentar una obra de recurrencia de sus temas, uno de ellos es la expresión de la contemplación. Amat tampoco ha querido renunciar a su mundo en este homenaje colectivo a Miró.

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