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Los jueces condenan a un taxista que instaló un sistema para cobrar de más

"Se oyen cosas"

El Tribunal Superior de Madrid ha retirado seis meses la licencia a un taxista que instaló un dispositivo en su coche mediante el que manipulaba el taxímetro y cobraba a sus clientes más dinero del establecido en las tarifas. El taxista, según los hechos probados de la sentencia, accionaba con el pie una especie de botón, oculto bajo la alfombrilla y junto al pedal de embrague, y conseguía así que el contador corriese más rápidamente. Cuanto más apretaba con el pie el botón, más dinero costaba el viaje. El truco del taxista J. Á. N. C. fue desbaratado en 1997 en el aeropuerto de Barajas por un policía municipal. El agente, en una inspección rutinaria desarrollada en Barajas, se subió al vehículo y observó unos cables ocultos en el salpicadero del coche que procedían de la zona donde está situado el embrague. Siguió la pista de los cables y llegó hasta el taxímetro, cuyas herméticas tapas estaban manipuladas. "¿Y esto qué es?", preguntó el agente policial. "Son unos cables del aparato de radioaficionado", contestó el taxista, nervioso. "Pero si no tiene usted ningún aparato de esos en el coche", siguió el agente. "Lo quité hace tiempo y ahí siguen los cables", contestó el conductor.El agente no le creyó y le ordenó que le acompañase con el coche y sin tocar nada a la Inspección Técnica de Vehículos de Getafe. Los técnicos revisaron la instalación y certificaron que se trataba de una manipulación en toda regla. Comprobaron que, debajo de la alfombrilla había un botón situado a la altura del pedal de embrague.

"Sólo llevaba cables de un aparato de radioaficionado", se justifica el taxista

¿Hay compañeros suyos que usan mecanismos para manipular la velocidad del taxímetro? "Se oyen cosas, y yo he leído en los periódicos que hay lugares donde se instalan dispositivos de ésos", explicó José Ángel a EL PAÍS. Y se defendió: "Yo fui personalmente a la ITV y allí vieron que llevaba razón, que eran cables sueltos", agregó.El tribunal no lo ha entendido así y asevera que la manipulación del taxímetro fue clara. De hecho, la sentencia detalla que el informe de los técnicos de la Comunidad de Madrid fue ampliado por otro, fechado el 21 de julio de 1997, que llegaba a igual conclusión. Las pruebas son, pues, "contundentes", afirman los jueces, "y éstas no pueden ser enervadas por el informe de un taller, aportado por el recurrente, en el que se habla de la instalación de un pisón para una emisora de 27 megahercios. Es evidente", se explica en la sentencia, "que, aunque el pisón pudiera haber servido inicialmente para tal fin, el día que se realizó la inspección por parte de la Policía Municipal su destino era distinto, (...) manipular el taxímetro".

El abogado del taxista, Emilio Castillo Charfolet, apeló a los jueces por entender que los seis meses de retirada de la licencia eran excesivos y que la acción no constituía una falta muy grave como la había calificado el Ayuntamiento, y que, además, amparaba a su cliente la presunción de inocencia.

Los jueces desestiman tales argumentos: "Es patente que la infracción cometida al manipular el taxímetro no se realizó por descuido, sino con toda intención, por dolo. En cuanto a la naturaleza de los perjuicios, éstos habrán sido sufridos por un número indeterminado de personas. Por ello, la infracción cometida merece la calificación de muy grave".

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