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AJEDREZ El duelo de Londres

Kaspárov se conforma con empatar ante Krámnik

Al aspirante le basta un punto en tres partidas para destronar al número uno, que ayer insinuó tener problemas extradeportivos

Leontxo García

Su actitud equivale a tirar la toalla. Gari Kaspárov ofreció tablas ayer a Vladímir Krámnik tras sólo 14 movimientos, a pesar de que jugaba con las piezas blancas y dos puntos menos en el marcador. Después agrandó el misterio sobre su bajo rendimiento: "He sufrido un problema durante el duelo. Es una larga historia, de la que hablaré al final", dijo en una conferencia de prensa. El aspirante vence por 7,5-5,5 a falta de tres partidas. Si logra un punto más, destronará a su antiguo maestro, número uno indiscutible del ajedrez de los últimos quince años.Nada encaja con la personalidad del fiero e indomable deportista que se convirtió en el campeón más joven de la historia, tras batir a Anatoli Kárpov en un duelo épico. Ese Kaspárov hubiera dado rienda suelta a la cólera el sábado, tras desperdiciar una posición muy ventajosa en la duodécima partida. Sin embargo, se mostró amable y gracioso: "Hoy no podía perder porque es el cumpleaños de mi hijo".

Existía la esperanza de ver ayer al auténtico Kaspárov en la partida 13, su número favorito: nació el 13 de abril de 1963, es el decimotercer campeón del mundo y logró el título en el año 1985, cuyas dos últimas cifras suman trece. Pero su abierta sonrisa al bajar del coche y la relajada conversación con tres miembros de su séquito a las puertas del teatro Riverside Studio ya incitaban a sospechar que El Ogro de Bakú había sido suplantado por un cordero disfrazado.

La confirmación llegó de inmediato: tras introducir una nueva idea en la décima jugada, supuestamente preparada en el apartamento de lujo que ocupa junto a sus analistas y computadoras, Kaspárov invirtió más de media hora en la siguiente, y ofreció tablas en la 14ª, en una posición que el verdadero Kaspárov hubiera exprimido hasta la extenuación. Pocos minutos después volvió al escenario junto a Krámnik para insinuar que algún problema extradeportivo ha lastrado su actuación. También habló de lo agotador que resulta jugar dos días seguidos, pero todo eso sonó a palabrería: quien lo decía es uno de los campeones más insaciables del siglo XX.

Su madre, personificación de la tristeza, abandonó el teatro sin decir nada. Su apoderado, el estadounidense Owen Williams, insistió en su asombro: "Prometo que no sé qué le pasa". Pero, además de la dureza de pedernal con la que Krámnik ha blindado su talento y su formidable preparación, tiene que haber una razón extradeportiva para explicar el derrumbe repentino de quien para muchos es el mejor ajedrecista de todos los tiempos: este año, Kaspárov ganó con brillantez los torneos de Wijk aan Zee (Holanda), Linares (empatado con Krámnik) y Sarajevo.

La hegemonía durante 15 años ha sustentado su poder, riqueza y rebeldía. Sin ese dominio, Kaspárov no hubiera podido mantener enhiesto el estandarte del cisma que sufre el ajedrez desde 1993. Pero todos, incluso sus numerosos y acérrimos enemigos, reconocían que Kaspárov era el mejor. Salvo que se dé un milagro entre mañana y el sábado, todo ello será discutible desde el domingo.

Blancas: Kaspárov. Negras: Krámnik.

1 e4 e5 2 Cf3 Cc6 3 Ab5 Cf6 4 0-0 Cxe4 5 d4 Cd6 6 Axc6 dxc6 7 dxe5 Cf5 8 Dxd8+ Rxd8 9 Cc3 h6 10 h3 Re8 11 Ce4 c5 12 c3 b6 13 Te1 Ae6 14 g4, tablas.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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