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La FIFA carga contra Brasil

Blatter amenaza con excluir a los tetracampeones de todos los torneos

Brasil será excluido de torneos internacionales si una investigación parlamentaria sobre la presunta corrupción en el fútbol nacional "ingiere de forma indebida en la actividad", afirmó el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en una entrevista con la prensa local. El presidente de la FIFA aludió así al trabajo que una comisión especial del Congreso brasileño ha comenzado hace dos semanas, con la intención de esclarecer una serie de irregularidades en el fútbol. Evasión de impuestos por parte de clubes, técnicos y jugadores, negociaciones irregulares de futbolistas, sobornos a árbitros y un sin número de actividades turbias relacionadas con el fútbol han sido incluidas en la agenda de trabajo de los parlamentarios, que han citado a declarar a conocidas figuras del deporte.También en la mira del Congreso está un contrato de patrocinio que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) firmó con la empresa de material deportivo Nike, que ha sido denunciado como leonino por parlamentarios de oposición. Según dijo Blatter a la revista carioca Época, la investigación parlamentaria lo ha dejado "consternado", pues puede suponer una "injerencia en el fútbol" y, "sobre todo, por la posibilidad de que algunos árbitros sean llamados a declarar". "Me asusta la convocatoria a miembros de las comisiones disciplinarias del fútbol, que es algo increíble", dijo el sucesor del brasileño Joao Havelange en la FIFA. Blatter afirmó que "no se puede entender cómo una autoridad política puede intervenir en el fútbol", y aclaró: "Si la CBF nos informa oficialmente sobre el asunto, diremos claramente que en el plano nacional pueden hacer lo que quieran, pero en el internacional corren el riesgo de ser suspendidos".

Traspasos suspendidos

La amenaza de Blatter significaría, en la práctica, que "Brasil no participaría en la Copa del Mundo de 2002, en los Mundiales juveniles, femeninos o de fútbol sala, que tampoco podría participar en las competiciones de Suramérica, que los árbitros brasileños serían excluidos de los torneos internacionales y que se suspenderían las transferencias de jugadores brasileños al exterior".Blatter hizo gráfica su preocupación con un ejemplo: "Imaginen lo que puede suceder si un senador italiano, hincha del Roma, decide convocar a un árbitro porque supuestamente favoreció al Milán. Es inadmisible". El presidente de la FIFA insistió en ese punto y subrayó: "No podemos impedir investigaciones sobre el fútbol y en rigor no hay nada contra ellas, pero no podemos admitir que se llame a declarar a árbitros o miembros de tribunales de justicia deportiva".

Sobre la creencia que existe en Brasil de que el país, el único con cuatro títulos mundiales, no sería jamás objeto de sanciones por parte de la FIFA, Blatter fue muy claro: "Aconsejo a esas personas que no se arriesguen demasiado". "Si los estatutos de la FIFA son lesionados, poco nos importará que la agresión venga del país A, B o C. La FIFA está para defender al fútbol", apuntó el dirigente.

Las declaraciones de Blatter sentaron muy mal al influyente presidente del Congreso, Antonio Carlos Magalhaes, que es uno de los más interesados en la investigación en curso. "El Congreso no se dejará intimidar por ninguna injerencia, sea interna o externa", declaró Magalhaes a Época. En opinión del presidente del Congreso, "es preciso moralizar al país, y eso también pasa por el fútbol. Si el precio que hay que pagar por ello es dejar de participar en un Mundial, pues se pagará".

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