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Crítica:MÚSICA - MÓNICA NARANJO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Brava

"Soy muy macarra"

Por fin pudo presentarse la Naranjo ante sus fans madrileños, aunque lo cierto es que hubiera lucido mucho más en el coso de las Ventas que en el desangelado Palacio deportivo.La puesta en escena era moderna y sugestiva y las luces y las proyecciones de vídeo extraordinarias. Había bailarines escasos de ropa, dos coristas sensacionales y un grupo de músicos italianos algo blanditos para lo que es en directo el poderío de la tigresa de Figueras.

Intensidad

Mónica Naranjo

Mónica Naranjo (voz), Alfredo golino (batería), Giacomo Castellano y Massimo Guidelli (guitarras), Bruno Zucchetti (teclados), Cesare Chiodo (bajo), Antonio Galbiati (teclados y coros) y Giulia Fasolino y Enmanuela Cortesi (coros).Palacio de los Deportes de la Comunidad. 3.700 pts. Madrid, viernes 6 de octubre.

Mónica Naranjo atravesó en su espectáculo cuatro fases bien diferenciadas, que se correspondían a la intención que quería darle a los temas interpretados.

Comenzó naciendo como crisálida traída en brazos de un bailarín; más tarde se vistió de blanco y dió rienda suelta a sus temas de amor; siguió a este un atavío más nocturno para finalizar llevando el cuero negro en los temas más fogosos, que son los que pusieron al personal -que no llegó a llenar el local- a cien por hora.

En cuanto a lo musical, Mónica ha pegado un viraje del dance al rock en el que los resultados son desiguales: los temas fuertes quedan siempre por debajo de su chorro de voz y las baladas son demasiadas y demasiado melosas -hay cierta epidemia de sonido italiano en el pop español-.Todo va en gustos, pero, según la reación del respetable, parece que Mónica Naranjo conecta mejor cuando se entrega a sonidos más discotequeros. Y ahí es donde reside su bravura y también su poderío, que es mucho porque, como ella misma confesaba, "¡Yo soy la primera macarra! ¡Muy mona, pero muy macarra!".

Pletórica de voz y movimiento, Mónica Naranjo dió un repaso a los temas de su discografía, con especial hincapié en los de su último disco, Minage, que supone un rendido homenaje a una de las pocas diosas vivas de la música mundial y otra tigresa, esta de Cremona: Mina.

De ella llegó Mónica Naranjo a amagar a capella, Parole, Parole para regocijo de los asistentes -muchos de ellos buenos entendedores-.

En cuanto a las canciones propias, algunas brillaron con especial intensidad: If you leave me now, Enamorada, Pantera en libertad y, por supuesto, el himno Desátame y esa canción de batalla que resume en su estribillo el carácter y la personalidad de su autora, forjada en el fragor de la batalla.Lo mejor del espectáculo de Mónica Naranjo siempre es ella misma, que, como artista que es, sigue alzándose por encima de su obra. Brava Mónica.

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