Abel Antón y Martín Fiz se despiden con dolor

Abel Antón, de 38 años, y Martín Fiz, de 37, corrieron ayer su último gran maratón. Mamo Wolde, el penúltimo etíope que ganó uno olímpico, el de México en 1968, logró su mejor marca a los 40, pero los dos españoles que han dominado el último decenio -dos títulos mundiales para Antón, el soriano; uno mundial y otro europeo para Fiz, el vitoriano- han llegado a un punto de sacrificio en el que ya no se ven compensados por la felicidad del éxito. El último ciclo olímpico se le ha hecho eterno a Fiz, el desgraciado cuarto de Atlanta. El año que ha pasado desde su victoria en los Mundiales de Sevilla ha estado lleno de sinsabores y lesiones para Antón."Tengo contratados dos maratones para el año que viene y eso será lo que corra", dijo Antón; "después de Sydney ya no disputaré ninguna competición grande. Prácticamente, me despido". No fue su mejor resultado, precisamente, el que logró en las calles de la ciudad australiana, subiendo repechos, cruzando puentes, bajando cuestas, corriendo contra el viento racheado, rodeado de africanos geniales, fuertes y resistentes con sus endemoniados cambios de ritmo en las subidas. El futuro es suyo.
El presente era de Antón. No fue el mejor resultado de su vida, no, pero sí el maratón que más sentido tuvo, aquél en el que más sufrió, en el que más quería sufrir. No estaba allí para retirarse, sino para llegar a la meta. Terminó el 53º, a casi un cuarto de hora del etíope vencedor, pero terminó. La rodilla le dolía tanto el jueves que tuvieron que infiltrarle: corticoides y antiinflamatorios. También le habían infiltrado el día 20. Y apenas ha podido entrenarse.
"Le dedico mi sexto puesto a Antón, todo un campeón del mundo, que se ha portado muy bien conmigo y con mi familia". Martín Fiz se va con el soriano. Se va desalentado y un poco decepcionado: "Pero sólo es el análisis en caliente. Es un lugar más que digno tras el cuarto de Atlanta, pero no llevarte una medalla decepciona".
Fiz, ligero como una pluma: 53 kilos. 1,69 metros. Un juguete para el viento: "Rachas diabólicas. Y el puente. Un repecho con el aire de cara. Y con lo anárquico que corren los africanos, que van a tirones, y yo, que soy diesel... Hacen conmigo lo que quieren. En el puente me fui hacia la izquierda, en plan ciclista, porque el viento venía de la derecha y yo quería hacer un abanico, meter cuneta para forzar un corte e irme con alguien, pero...".
Alberto Juzdado, de 34 años, tampoco tuvo su día: 42º. "He concluido arrastrándome", confesó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El Louvre, en su punto más bajo: ¿qué le pasa al museo más famoso del mundo?
Kate Winslet nos habla de su debut como directora (y de lo difícil que sigue siendo ser mujer en el cine)
La Administración de Trump publica (a medias) los papeles de Epstein: ¿cuáles son las principales novedades?
Cómo llegaron los líderes europeos al acuerdo para financiar a Ucrania
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
- La policía registra varios domicilios y las oficinas de la ministra francesa Rachida Dati por otro presunto caso de corrupción
- Manuel Castells, sociólogo: “El mundo está en un proceso de autodestrucción”




























































