Madrid enciende su llama olímpica

Apoyo de tres ciudades

Madrid encendió ayer su llama olímpica. En su primera comparecencia después de las vacaciones y rodeado de una aparente solemnidad, el alcalde José María Álvarez del Manzano anunció que la ciudad aspira a ser sede de los Juegos de verano de 2012. Ésa será a partir de ahora la prioridad del Gobierno municipal que alrededor de la cita olímpica pretende diseñar también el futuro de Madrid.Para estos doce años de trabajo, Álvarez del Manzano ha pedido ayuda a todos los partidos políticos. Cuenta ya con el apoyo "incondicional" del presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz Gallardón. El presidente del Gobierno, José María Aznar, fue informado por el regidor antes de que comenzara el acto de ayer.

"Con toda la solemnidad y recogiendo la voluntad de los madrileños y de todos los partidos políticos que integran nuestra corporación municipal, en mi condición de alcalde de Madrid declaró que presentaré ante el Comité Olímpico Internacional, a través del Comité Olímpico Español, la candidatura para la organización de los Juegos Olímpicos del año 2012, una vez adoptado el correspondiente acuerdo del pleno municipal", leyó ayer Álvarez del Manzano para arrancar la carrera olímpica.

El anuncio de que Madrid competírá por organizar los Juegos fue recibido con malestar en Sevilla, que mantiene su proyecto activo a pesar de que el pasado lunes fue descartada para la cita de 2008.

Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), explicó que sería el Comité Olímpico Español (COE) el encargado de resolver la pugna entre las dos ciudades españolas. "Nosotros vemos esta pugna con tranquilidad, porque, según la normativa, sólo puede haber una candidatura por cada país. Tendrá que ser el Comité Olímpico Español quien decida. Puede que a primera vista parezca que no es bueno que una ciudad de un mismo país luche contra otra. Pero el lado positivo está en que se ve que en España hay mucha afición", dijo Samaranch. Alfredo Goyeneche, presidente del COE, cree que la duplicidad de candidaturas españolas "no es buena". "Si la competencia es positiva, perfecto, porque la rivalidad puede servir para mejorar. Pero si esto se va a convertir en una lucha política, puede ocurrir que al final no se presente ninguna candidatura", advirtió.