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El Gobierno catalán pide una reparación oficial de la figura de Companys

El Gobierno de Convergència i Unió (CiU) no sólo desoyó las demandas del Partido Popular de ausentarse del homenaje a Lluís Companys en Irún, sino que el consejero de la Presidencia, Joaquim Triadú, aprovechó el acto para pedir a las instituciones y partidos un reconocimiento a la figura del que fue presidente de la Generalitat republicana. En su intervención, Triadú, que ayer ejercía de presidente en funciones de Cataluña en ausencia de Jordi Pujol, recordó: "Muchos países que en su pasado, más o menos lejano, sufrieron sistemas totalitarios han sabido reconocer los errores de su propia historia".

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Sin citar explícitamente al Gobierno español, Joaquim Triadú añadió: "El acto de hoy tiene esta voluntad y sería deseable que siguieran otros actos similares". Triadú defendió con vehemencia el acto de ayer, que ha sido criticado porque dos miembros de Euskal Herritarrok (EH) forman parte del comité de honor. "Sería positivo que todas las instituciones y los partidos viesen como deseable y normal que se quiera homenajear de forma pública y solemne a toda la gente que murió o sufrió por defender las libertades y la democracia" , opinó el consejero.El homenaje a Companys celebrado ayer en Irún conmemoró el 60º aniversario de la entrega del presidente de la Generalitat republicana a las tropas franquistas por parte de la policía militar de la Alemania nazi. El 15 de octubre de 1940, Companys fue fusilado en el castillo de Montjuïc tras ser sometido a un consejo de guerra sumarísimo.

El acto de ayer, ya de por sí polémico como consecuencia de la presencia de dos militantes de Euskal Herritarrok en el comité de honor del evento, se vio ensombrecido a última hora por el asesinato de Manuel Indiano, concejal del Partido Popular (PP) en Zumárraga (Guipúzcoa). En cierta medida, el homenaje a Companys sirvió también para rendir tributo a la última víctima de ETA, y así lo subrayaron algunas autoridades que intervinieron. El alcalde de Irún, el socialista Alberto Buen, ofreció en el Ayuntamiento una recepción a los invitados, y en su breve intervención hizo un paralelismo entre la muerte de Companys y la de Indiano: ambos, dijo, fallecieron víctimas de los fascistas. "Por desgracia, hay todavía gente en este país que muere por culpa de los fascistas, como murió Companys". También Triadú había hecho un paralelismo, tras visitar el hospital donde falleció la víctima, al afirmar que el homenaje tiene si cabe más sentido después del atentado porque "tiene como fin rechazar cualquier violencia para imponer los ideales", tanto si ello ocurre, recalcó, en 1940, en 1970 o en 2000.

Vicens Gimenez
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El PP no asistió al homenaje a Companys en Irún

A la recepción ofrecida en el Ayuntamiento de Irún no asistió ningún representante del PP. Los dos miembros de EH que forman parte del comité de honor, cuya presencia ha originado la polémica de los últimos días, no asistieron al acto previo a la recepción, en el que se guardaron 15 minutos de silencio para condenar el atentado, pero se incorporaron más tarde.Tras la recepción en el Ayuntamiento de Irún, la comitiva se dirigió al puente fronterizo entre Irún y Hendaya, donde se celebró una representación de la entrega del presidente Companys. Medio centenar de actores y cuatro corales con 140 voces participaron en una representación teatral que congregó a más de 2.000 personas y que recreaba también el paso a Francia de los exiliados que huían de las tropas franquistas.

En los parlamentos que precedieron a la representación, todos los oradores que en su intervención condenaron el atentado, fueron interrumpidos por varias de decenas de asistentes, que, en euskera, proferían gritos en favor de la independencia y pedían el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco. Y también interrumpieron con sus gritos el minuto de silencio que se guardó a petición de los organizadores. Los promotores del homenaje a Companys expresaron "dolor y repulsa" por el atentado y lo condenaron "sin paliativos".

Los 15 minutos de silencio que se habían guardado en Irún también se habían visto alterados por la acción de unos pocos jóvenes catalanes, que colocaron una bandera independentista en el suelo, delante de las autoridades. Los jóvenes se enzarzaron en una agria discusión con agentes de la Ertzaintza, que lo impidieron, y al final arrojaron la bandera con rabia a los pies de Atutxa. Después, estos mismos jóvenes saltaron a la caza del souvenir y se fotografiaron sonrientes junto a Beiras, primero, y Arzalluz, después, exhibiendo la bandera independentista.

En los actos de homenaje estuvieron presentes, entre otros, el presidente del Parlament, Joan Rigol; el presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa; la consejera de Cultura, Mari Carmen Garmendia, y destacados dirigentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) -entre ellos, Xabier Arzalluz y Joseba Egíbar-, de Esquerra Republicana (ERC) con Josep Lluís Carod al frente; de Eusko Alkartasuna (EA) y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG), encabezados por su líder, José Manuel Beiras.

El Partit dels Socialistes (PSC) no estuvo representado oficialmente, pero participó en el acto el catedrático Ernest Lluch, miembro de esta formación e integrante del comité de honor del evento. Lluch minimizó la ausencia de otros dirigentes de su partido y recordó que el portavoz parlamentario, Joaquim Nadal, también es miembro de la comisión de honor. IC-V no envió a ningún representante.

La polémica en torno al homenaje se originó al figurar dos militantes de Euskal Herritarrok (EH) en el comité de honor, integrado por un centenar de personas. Ello originó el rechazo del PP y de Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) y las reticencias del PSC. Los organizadores insistieron ayer en que "no hay ni un solo militante de EH que participe directa o indirectamente en el acto", de acuerdo con Josep Maria Goñi, integrante de la entidad Lluís Companys Batzordea, que organizó el homenaje. Goñi minimizó las atribuciones del comité de honor y explicó que la presencia de militantes de EH era a título personal.

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