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FERIA DE VITORIA

Lección de El Califa

Después de la actitud de funcionario que tuvo Manuel Caballero en el primero de la tarde, vino El Califa a decirle con hechos, y no con palabras, el toreo es ésto: irse al centro del anillo, citar al toro y darle el pase de las flores; para después torear por derechazos ligados y naturales con los pies apalancados en la arena.Tras estos muletazos dio un nuevo pase cambiado. Siguió toreando con las dos manos exponiendo a un toro que se iba descomponiendo por momentos. Sin duda, el torero estaba por encima del toro. Estuvo valiente y con ganas. Remató la faena con unas ceñidas manoletinas. Es verdad que en alguna ocasión el toro le tropezaba la muleta repetidas veces. Pero eso no quita para que el público valorara esa entrega, esos arrestos... Arrestos que acrecentó en su segundo toro. Un toro cinqueño, de 615 kilos, con unos pitones enormes, al modo de un búfalo. Pues bien, a ese toro mansote le puso la muleta y toreó por derechazos y naturales muy valiente, y volviendo a exponer lo indecible. Como el toro se iba descomponiendo y a la vez reservándose, El Califa se pegó un arrimón de rodillas. Pero era uno de esos arrimones que uno justifica porque si el toro no embiste es el torero el que le embiste al toro.

Puerto / Caballero, Califa, Abellán

Toros del Puerto de San Lorenzo, desiguales de presentación, mansos, excepto 2º y 6º. Manuel Caballero: aviso; aplausos; silencio. José Pacheco, 'El Califa': oreja; aviso; aviso; vuelta al ruedo. Miguel Abellán: silencio; aviso; silencio.Plaza de Vitoria, 7 de agosto. 3ª de feria. Media entrada.

Manuel Caballero estuvo toda la tarde de funcionario. Vino a llevarse el dinero con todo el descaro del mundo. A su primero le dio derechazos y naturales, tantos que aburría a las palomas mensajeras. Estuvo toda la tarde desconfiado, vulgarizado, sin sitio.

Miguel Abellán tuvo dos caras. A su primer toro, que era un mansote declarado, le hizo más de lo que el toro merecía, poniendo interés, voluntad y buenos deseos. A su segundo, que era un cinqueño que embestía bastante bien, le hizo una faena por debajo del toro. Alternó los muletazos vulgares con los muletazos largos y enjundiosos. De todos modos no ligó siquiera un pase. Y eso no es muy halagüeño para una figura del toreo, como se supone que sueña serlo.

Por otro lado, el novillero Jaime Reyes resultó herido ayer, de pronóstico muy grave, en el tercer festejo de la feria madrileña de Soto del Real, con rotura completa y arrancamiento de la vena femoral, informa Efe.

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