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GENTE

MAQUIS INDESMAYABLES

Sesenta años después, antiguos maquis que combatieron al franquismo en los montes de Asturias hasta avanzados los años cuarenta volvieron a reunirse al pie de un monolito a la libertad, en el alto de la Colladiella, en San Martín, para homenajear a sus compañeros muertos y mantener vivo el aliento idealista que los llevó a la clandestinidad, a la tortura y en muchos casos a la muerte. Son ya pocos y de avanzada edad; algunos llegaron desde Valencia, desde León y hasta de Francia. Todos tienen el pelo blanco y la memoria muy viva. En el alto de la Colladiella recordaron el pasado fin de semana a los Pumarones y a los Solís, muertos a cadenazos, y "a tantos otros que, como ellos, fueron masacrados muy cerca de aquí", revivió Nicanor Rozada, un antiguo enlace entre los grupos de "fugaos". Felipe Matarrán, que fue responsable político de la Sexta Brigada Guerrillera del Norte, tiene 85 años y el mismo irrevocable ímpetu indesmayable que entonces: "Ni me he doblado ni me doblaré jamás. Nosotros somos como Cristo: luchábamos contra los poderosos, y nada más". Hoy las circunstancias son otras, y las libertades políticas han sido restablecidas, pero el sacrificio de los que murieron y el espíritu de los sobrevivientes siguen siendo, más de medio siglo después, un testimonio necesario, según Nicanor Rozada y sus compañeros de lucha: "Hay que romper", dijo, "con el hielo que está bajo la tumba y hacerlo florecer".-JAVIER CUARTAS,

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