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España se opone a la reforma comunitaria para frutas y hortalizas

El Ministerio de Agricultura y el conjunto del sector agrario han rechazado radicalmente la propuesta comunitaria para la reforma del mercado de frutas y hortalizas. Ambas partes han mostrado su sorpresa por el documento comunitario y coinciden en señalar que se trata de una propuesta carente de rigor. Para los productores españoles, con esta propuesta, el sector perdería anualmente unos 50.000 millones de pesetas.

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Posición competitiva

El Ministerio de Agricultura ha anunciado negociaciones inmediatas para modificar esta propuesta, mientras desde la producción se amenaza con fuertes movilizaciones en los próximos meses, al igual que se hiciera hace tres años con el olivar. Y es que la Organización Común de Mercado de frutas y hortalizas es considerada en la UE como una de las hermanas pobres al tratarse de un producto mediterráneo. Mientras en otros cultivos las ayudas llegan a suponer más del 50% de los ingresos de una explotación, en el caso de las frutas y hortalizas, las mismas no alcanzan el 3%. Frente a esta situación, el sector español reclamaba a Bruselas una mejora en las ayudas para los fondos operativos, aumentar los cupos para transformación de excedentes, una menor burocracia y mayor protección frente a las importaciones de terceros países.

Desde estas posiciones, la propuesta comunitaria se ha recibido en el sector y en la Administración española con sorpresa y preocupación al no atender en ningún caso las peticiones planteadas. La reforma redactada por Bruselas es igualmente motivo de escepticismo en cuanto es un español, José Manuel Silva, el director general de Agricultura de la UE y un buen conocedor de la importancia y las necesidades del sector hortofrutícola.

Para los productores españoles de frutas y hortalizas, es inaceptable que en un sector donde Bruselas apenas si tiene gastos, si se compara con otros cultivos, el principal objetivo comunitario con la reforma sea seguir recortando los mismos en lugar de llegar a una posición de mayor equilibrio.

Según los datos manejados por el sector, el ahorro planteado con la propuesta para cada uno de los próximos años sería de 50.000 millones de pesetas, situación que se suma a un ahorro de 170.000 millones en los cuatro años precedentes sobre los presupuestos iniciales

En el último año, de un presupuesto para retirada de productos de 178 millones de euros, solamente se gastaron 90 millones. En restituciones, de un presupuesto de 55 millones de euros se gastaron 23. En fondos operativos los gastos pasaron de 261 a 311 millones.

Administración y sector español coinciden en señalar que Bruselas tenía especialmente dos vías para mejorar la posición de las frutas y hortalizas españolas. Por un lado, aumentando los recursos para los trabajos de los llamados fondos operativos. Por otro, incrementando los cupos para transformación en unas cifras suficientes. En ambos casos, la respuesta inicial comunitaria ha sido negativa.

Para los fondos operativos, frente a la situación actual, donde existe un margen para que los mismos supongan entre el 2,5% y el 4% de las ventas totales de las organizaciones de productores, la propuesta rebaja el techo a solamente el 3%. El sector considera indispensable esta vía de apoyos para mejorar los procesos desde la producción a la comercialización y lograr posiciones más competitivas. Los productores lamentan que se eliminen restituciones a la exportación y las intervenciones y que no se potencien los fondos operativos.En lo que se refiere a los cupos para transformación, España reclamaba un incremento como mínimo del 50% para evitar las actuales penalizaciones en las ayudas. España lamenta que el incremento propuesto sea solamente del 10%, aumento de gastos que no sería aportado por Bruselas, sino que se obtendría rebajando los cupos y los precios para la intervención.

La producción de frutas y hortalizas frescas es uno de los sectores fundamentales en la agricultura española, tanto desde la perspectiva del empleo como de sus producciones. Actualmente suponen casi el 30% de la producción final agraria. Su valor es de 1,5 billones de pesetas y las exportaciones suponen casi un billón de pesetas.

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