EL PRÍNCIPE INTERCESOR
El conflicto de los nueve niños rusos acogidos en Asturias por otras tantas familias de Oviedo, Blimea, La Felguera, Ribadesella, Siero y Mieres, y que se niegan a regresar a su patria, pese a haber caducado hace 11 meses su permiso de estancia en España por estudios, podría encontrar una pronta solución. La tenacidad de Ana Lys Simón Miguel, de 11 años y vecina de Pola de Siero, tomando la iniciativa para que Vera Kamotchkina, rusa y también de 11 años, pueda continuar viviendo en su casa como una hermana más, ha removido obstáculos que la diplomacia, las iniciativas políticas y las acciones jurídicas no habían logrado solventar hasta ahora. Ana Lys escribió sucesivas cartas al príncipe de Asturias para que intercediera por Vera y sus ocho compañeros rusos. La primera respuesta desde la Zarzuela fue un mero acuse de recibo, atento y formal, pero la niña insistió para que Vera pueda seguir en su casa una vez que ha encontrado, por fin, unos padres y hermanos de acogida. A la segunda misiva, la respuesta de la Casa Real fue más esperanzadora. El pasado 15 de junio, el Gabinete de Planificación y Coordinación de la Secretaría General de la Casa de Su Majestad el Rey comunicó a la pequeña: "Su Alteza Real me encarga informarte de que tu petición ha sido trasladada al Ministerio de Asuntos Exteriores". Ayer, el diario La Nueva España informó de que la perseverante Ana Lys recibió el pasado día 28 una carta del subdirector general de Asuntos de Extranjería, Arturo Laclaustra, que es todo un compromiso de final feliz: "Estimada señorita. Quisiera comentarle que, por las noticias que nos llegan sobre la posibilidad de que los menores de nacionalidad rusa actualmente acogidos en Asturias vayan a ser adoptados por sus familias españolas, parece que pronto podría solucionarse la situación planteada". Vera Kamo-tchkina había dicho a EL PAÍS el pasado otoño: "Quiero quedarme. Aquí tengo lo que nunca pensé que iba a tener: una familia".-
