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Líderes europeos advierten del riesgo de perder lazos con Latinoamérica

Javier Moreno

Cerrado el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y México, que entró en vigor el pasado día 1, Mercosur se perfila ahora como el próximo campo de batalla entre Washington y Bruselas. Los europeos quieren acelerar las negociaciones con el bloque comercial y político del Cono Sur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) para evitar que EE UU les tome la delantera, como ya sucedió con el Tratado de Libre Comercio (TLC) con México.

Douglas Hurd, ex ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, dejó claro el problema en la intervención que inauguraba el foro Argentina-Unión Europea, organizado por la Fundación Euroamérica los pasados lunes y martes en Buenos Aires. "Yo solamente veo una cosa", dijo: "La decisión de México como parte del TLC ha producido un grado de integración con EE UU a una velocidad que nos ha sorprendido y ha producido una caída abrupta en el comercio entre México y la UE".Los datos apoyan sus temores, pues México destina a EE UU más del 80% de sus exportaciones, lo que refuerza su dependencia política de Washington. La reciente firma de un acuerdo de libre comercio entre México y Bruselas busca abrir caminos a las exportaciones europeas, pero también diversificar las relaciones exteriores mexicanas, comerciales y políticas. La próxima batalla, pues, será Mercosur, y para ello Europa deberá mostrarse generosa con los suramericanos, especialmente en el sector agrícola. La disyuntiva es dramática, avisó Hurd. O Europa compra los productos de Mercosur, o perderá influencia en la zona. "Si seguimos creando una fortaleza europea, no deberíamos sorprendernos de que suceda lo que pasó con México y que ésa [Estados Unidos] sea la opción de otros países".

El foro sirvió también para mostrar el apoyo de un grupo de líderes europeos (entre los que se encontraban el ex presidente del Gobierno español Felipe González, el ex ministro de Economía Carlos Solchaga, el ex ministro francés Dominique Strauss-Kahn y los ex ministros británicos Nigel Lawson y Tristan Garel-Jones) al presidente argentino, Fernando de la Rúa, que se enfrenta a un creciente malestar social por los programas de ajuste económico. "El ajuste en Argentina es puramente coyuntural, de un saneamiento imprescindible, de puesta a punto", dijo González en una comida ante 500 empresarios y representantes de diversos sectores. El ex presidente español remachó: "Como dice el señor Aznar en mi país, Argentina va bien". También el ministro de Economía español, Rodrigo Rato, expresó el apoyo al Gobierno argentino: "El plan de reactivación de De la Rúa tendrá efectos muy positivos". Rato recordó que las inversiones españolas en Argentina no tienen carácter especulativo. "Nosotros hemos invertido aquí cuando otros han dudado". Rato consideró "imprescindible" realizar nuevas aportaciones de capital para resolver la crisis de Aerolíneas Argentinas y afirmó que para España "probablemente no fue un buen negocio" entrar en su capital.

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