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DIETARIO

Robert Venturi, en el COAC

Anatxu Zabalbeascoa

A principios de los años sesenta, el arquitecto Robert Venturi estaba harto de que sus colegas sólo fueran capaces de levantar edificios rectilíneos con la forma anodina de una caja de zapatos. Tras vivir unos años en Roma, el proyectista americano explicó su hastío en un libro que sería fundamental para la arquitectura de los últimos años: Complejidad y contradicción en la arquitectura. Venturi había iniciado una revolución contra la arquitectura moderna. El escrito arremetía contra la repetición y el anonimato del racionalismo y aplaudía el retorno de una arquitectura híbrida, con raíces en la historia, el capricho y la cultura popular. El juicio implacable del tiempo es el que ahora, casi 40 años después de algunas construcciones, permite juzgar si Venturi fue sólo un rebelde o, además, un buen arquitecto. El proyectista, que recibió el Premio Pritzker -el Nobel de arquitectura- en 1991, está hoy en Barcelona invitado por otro arquitecto polémico, el incansable Óscar Tusquets, que ha creado un galardón, los Premios Década. Cuando la arquitectura, como él mundo, resulta tan compleja y contradictoria como Venturi la deseó, acudir a escucharlo (hoy a las 20.00 horas) al auditorio del Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña (COAC), en la plaza Nova, 5, de Barcelona, es una buena ocasión para saber cómo sobreviven las ideas cuando viajan solas, sin la muleta de estar a la contra.-

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