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Tribuna:RAFAEL RIBÓ / PRESIDENTE DE INICIATIVA PER CATALUNYA-VERDS
Tribuna
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"Hay que crear una gran red de entidades sociales y políticas para impulsar el cambio"

Iniciativa per Catalunya-Verds (IC-V) pondrá en marcha esta semana la preparación de su sexta asamblea, prevista para otoño, sin que la dirección haya llegado todavía a un acuerdo sobre la aplicación concreta de la renovación que todos proclaman. El presidente del partido, Rafael Ribó (Barcelona, 1945), considera que antes de abordar la sustitución de los líderes debe debatirse a tumba abierta la renovación en las formas de hacer política de la izquierda.Pregunta. ¿Por qué no quiere aclarar públicamente si se presenta a la reelección como presidente de IC-V?

Respuesta. He dejado meridianamente claro que voy a encabezar la renovación. Lo dije clarísimamente al clausurar la quinta asamblea, donde tomé el compromiso de impulsar tras el ciclo electoral la renovación a fondo de políticas, de formas de trabajo y de personas y equipos dirigentes. Por tanto, soy el primero que quiere abordar la renovación. Lo que deseo evitar es que entremos en el proceso asambleario discutiendo sobre nombres. Esto es lo que ha hecho de forma tragicómica Izquierda Unida, y en cierta forma también lo hace el PSOE y el PSC. Mientras tanto, nadie sabe qué políticas proponemos las izquierdas.

P. En su partido hay quien opina que este discurso es un truco para ganar tiempo y tratar de seguir como presidente.

R. No creo que esto tenga ninguna entidad. Siempre he ido a pecho descubierto. El que diga esto es que está muy inseguro ante un proceso muy normal en que la mayoría de la gente de IC-V quiere abordar con valentía el debate político y de renovación de personas.

P. Varios dirigentes de IC-V piden que su relevo se resuelva antes del verano. ¿Contempla esta posibilidad?

R. De aquí al verano utilizaremos todos los mecanismos de debate para escuchar todos los puntos de vista, incluidos los de nuestro entorno social y de los demás partidos progresistas, sobre qué propuesta política debe hacer la izquierda. En julio pondremos en marcha el calendario propiamente congresual para que a partir de septiembre u octubre se produzcan los debates internos sobre el programa y, si así lo decidimos, activar un proceso al estilo de las primarias para votar no sólo políticas, sino también personas.

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P. ¿Es partidario, por tanto, de convocar unas primarias para elegir a la nueva dirección de IC-V?

R. Lo propuse en diciembre, pero habría que discutir qué queremos decir con ello. Soy partidario de que utilicemos todos los mecanismos posibles de participación democrática para que hasta en el último rincón al que llegue IC-V pueda haber facultad de decisión sobre las políticas y sobre las personas en la asamblea.

P. ¿Hasta dónde tiene que llegar la renovación en la dirección de IC-V?

R. El núcleo central del actual equipo dirigente lleva trabajando desde 1987 y estoy muy orgulloso de cómo lo ha hecho. Pero hay que darse cuenta de que estamos en una nueva fase política y ya hemos cubierto una larga etapa. Sería bueno que todas las personas que han compartido esta tarea mostraran esta misma disposición a facilitar la renovación. Lógicamente, esto no tiene que impedir que algunas personas continúen en el próximo equipo dirigente, pero el debate será más consecuente si todos dejamos clara esta predisposición.

P. Uno de los miembros destacados de este equipo dirigente es Joan Saura, que se perfila como su sucesor en la presidencia. ¿Qué opinión le merece su eventual candidatura?

R. Joan Saura es uno de los activos políticos más importantes que tiene IC-V. Ha hecho una labor muy importante en esta larga etapa, hemos trabajado al alimón él mismo y yo desde el año 1987 y ha hecho un gran trabajo en el Congreso. Estoy convencido de que se debe tener muy en cuenta a Joan Saura para el futuro de IC-V.

P. ¿Pero usted lo apoyaría como presidente?

R. En otras formaciones políticas se ha cometido a veces el error de intentar promover delfinatos y operaciones sucesorias. Yo no soy partidario de estas cosas y creo que Saura tampoco lo es. La asamblea tiene que propiciar un debate muy abierto del que puedan surgir todas las posibilidades y en el que todos los posibles candidatos tengan opciones.

P. Ante el nuevo contexto político, ¿qué deben hacer las izquierdas, y en particular IC-V, para fortalecer las opciones de cambio en Cataluña?

R. Si queremos impulsar con fuerza la idea de cambio, debemos crear una gran red de organizaciones sociales y políticas, incluso diluyendo su perfil, para llegar a las autonómicas con una propuesta muy definida impulsada por centenares de entidades en toda Cataluña. Pero también debemos trabajar por el cambio de política en general. Hay que darse cuenta de que la política ha cambiado: las formas que practicamos son muy obsoletas y los partidos hemos quedado muy atrasados respecto a las nuevas realidades. Necesitamos formas mucho más operativas, participativas y creíbles.

P. ¿IC-V sirve como instrumento político para hacer frente a estos retos?

R. IC-V no puede pretender, con su 4% de los votos, ser el instrumento de esto, pero tampoco tiene por qué diluirse en otro instrumento homónimo, como puede ser otro partido. Ni el PSC ni IC-V están preparados para esta nueva fase. Iniciativa no puede pretender ser ella misma la red, sino que tiene que hacer una apuesta para ir más allá de continuar administrando el capital que le queda del PSUC. Tiene que servir de dinamizador, de levadura, para algo mucho más importante que todo lo realmente existente en la actualidad.

P. ¿No supone esto una subordinación de IC-V al conglomerado liderado por Pasqual Maragall?

R. No. El conglomerado de Maragall funcionó en las elecciones gracias al factor sorpresa, pero hubo precipitación. Incluso la alianza entre el PSC e IC-V fue exageradamente precipitada y parcial. Es cierto que algunos de los candidatos de Ciutadans pel Canvi representan al auténtico tejido social, pero hay que ir más lejos. No puede ser que sean nombrados a dedo. Ahora el PSC tiene un reto muy importante en su congreso y tenemos que estar atentos a cómo se desarrolla.

P. ¿La red de la que habla no es otra forma de referirse al partido demócrata esbozado a veces por Maragall?

R. Lo que estoy planteando es que, para empezar, todos los partidos hagamos nuestros congresos. En estos congresos se tienen que dejar las puertas muy abiertas, empezando por el PSC, para que gente que actualmente no está en los partidos, pueda implicarse en esta red y sean sujetos tan importantes como el PSC e IC-V. Si ello es así, después vendrá una fase de mucho diálogo entrecruzado, de tejer la red, que veremos a dónde lleva. Lo que es seguro es que no derivará en la creación de un nuevo partido político; si acaso, en la coordinación de muchos sujetos políticos y sociales.

P. ¿Qué posibilidades hay de que IC-V recomponga sus puentes con IU?

R. IU tiene una asamblea por delante, aunque está cometiendo el error de abordarla en clave personal, lo cual demuestra que está absolutamente anquilosada en cuanto a organización política. Si evoluciona hacia una formación abierta, respetuosa con la plurinacionalidad y también con la voluntad de construir una red a nivel de Estado, estoy convencido de que tenemos que dialogar a fondo. Pero, claro, hoy por hoy esto parece utópico.

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