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FÚTBOL 34ª jornada de Liga

El Málaga se impone al Rayo en un partido soporífero

En un partido feo y sin brillantez, el Málaga se impuso (2 - 0) al Rayo Vallecano, por lo que el equipo andaluz mantiene todavía la ilusión de poder soñar con un puesto europeo para la próxima temporada. Los madrileños, con un planteamiento mezquino y exento de ambición, vieron cómo se cortaba su magnífica racha de seis encuentros sin conocer la derrota. Los goles del uruguayo Darío Silva y del holandés Musampa fueron la única nota destacada en un encuentro que no animó a los seguidores que acudieron a La Rosaleda, cuya grada de Fondo será demolida el próximo lunes.El Rayo Vallecano comenzó el partido con la lección bien aprendida sabiendo perfectamente los puntos fuertes del equipo malagueño. Por ello, inició el choque juntando mucho sus líneas y ahogando la zona de creación del juego malaguista. El Málaga presentaba un centro del campo novedoso, por las ausencias de Ruano y Rufete y la altas de Sandro y Agostinho, con lo que su fútbol era mucho más lento y previsible.

MÁLAGA 2RAYO VALLECANO 0

Málaga: Contreras; Rojas, Larraínzar, Fernando Sanz, Valcarce; Movilla, De los Santos, Sandro (Roteta, m. 85), Agostinho (Musampa, m. 62); Darío Silva (Luque, m. 83) y Catanha.Rayo Vallecano: Lopetegui; Cota, Hernández, Amaya, Alcázar; Pablo Sanz (Michel II, m. 60), Poschi, Michel I, Ferrón (Estibariz, m. 39); Luis Cembranos (Van den Bergh, m. 57) y Bolo. Goles: 1-0. M. 32. Darío Silva. 2-0. M. 80. Musampa. Árbitro: Puentes Leira. Amonestó a Darío Silva y Rojas, del Málaga, y a Ferrón y Hernández, en dos ocasiones, por lo que fue expulsado (m.75), del Rayo Vallecano. Partido disputado en el Estadio de La Rosaleda ante unos 15.000 espectadores.

El partido era soporífero para los espectadores, ya que los visitantes se limitaban a destruir, mientras que los locales no andaban nada finos. Sin embargo, en una jugada de estrategia, Darío Silva marcó de cabeza el primer gol blanquiazul haciendo saltar el cerrojo del equipo madrileño. Desde ese momento, el Rayo intentó hacer todo lo contrario a lo que había exhibido, aunque su única arma quedaba basada en el contragolpe.

Nada cambió tras la reanudación, pues el Málaga tuvo más la posesión del esférico y las mejores ocasiones, mientras que en el Rayo nadie, excepto Michel I, tenía criterio para manejar el balón. El equipo de Joaquín Peiró, técnico malaguista, marcaba el ritmo que más le interesaba y aprovechaba el desconcierto de la zaga visitante para crear algún peligro. Sólo quedaban los últimos minutos por disputar, pero para que el encuentro ni siquiera tuviera la emoción y el suspense final, el holandés Kizito Musampa se estrenó como goleador en España marcando desde la frontal del área el gol de la tranquilidad para los locales.

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