Grandiosa noche del Barça
El equipo azulgrana remonta la eliminatoria frente al Chelsea en un partido muy bien jugado y mejor resuelto
Extraviado largo tiempo, el Barça se reencontró en el Camp Nou y la hinchada le abrazó emocionada. Resultó una noche para el recuerdo, por la épica y por el fútbol, que lo hubo y mucho, sobre todo por parte azulgrana, que ofició un remonte europeo con todas las de la ley. Fue un partido de palabras mayores, como exígía el enunciado del torneo, con mucho cuerpo, manejado casi siempre por el Barça, que tuvo una gran respuesta como equipo, liderado por Figo, y penó por errores individuales, como en el gol concedido por Hesp y el penalti fallado a última hora por Rivaldo, que forzó la prórroga. El Chelsea vivió más a expensas del marcador. Fue un equipo diferente según le iba el resultado. En el descanso estaba eliminado y se encontró con un tiempo suplementario de regalo, que para su escarnio resultó un paseo glorioso de Figo y su equipo.El resultado de la ida exigía al Barça un punto de atrevimiento, así que Van Gaal plegó la libreta y dispuso una alineación brava y, al tiempo, tan respetuosa con la filosofía y sentir del plantel como con el talento de Rivaldo. Quizá por nostalgia o desafío, el dibujo provocó una cierta excitación entre la hinchada, dispuesta a arremangarse desde la arrancada, a viajar con el equipo hasta el fin del mundo. Volvía el Barça a jugar con dos marcadores y un libre; un medio centro, dos volantes y un media punta; y un ariete y, sobre todo, dos extremos bien abiertos (Zenden y Figo). Un orden ya conocido, el recordado 3-4-3, muy atractivo y también comprometedor para los futbolistas y, en especial para Rivaldo, puesto en el sitio que siempre demanda, rodeado de guardaespaldas, y conectado por delante (Kluivert) y por detrás (Guardiola). La reubicación de Rivaldo le permitió al Barça mantener el orden posicional, normalmente alterado por el ir y venir del brasileño en cada partido, y gobernar la contienda con un juego paciente y más sereno que de costumbre. El Chelsea recibió los cambios con naturalidad. Es un equipo muy hecho, experto y no acostumbra a conceder ocasiones.
BARCELONA 5CHELSEA 1
Barcelona: Hesp; Puyol, Frank de Boer, Reiziger (Sergi, m. 104); Gabri, Guardiola, Cocu; Rivaldo; Figo, Kluivert y Zenden (Dani, m. 70).Chelsea: De Goey; Ferrer (Lambourde, m. 45), Desailly, Leboeuf, Babayaro; Deschamps (Petrescu, m. 102), Wise, Morris, Di Mateo; Zola y Flo. Goles: 1-0. M. 24. Rivaldo ejecuta una falta cometida contra él mismo por Deschamps y el balón acaba en la red al desviar Babayaro su trayectoria. 2-0. M. 45. Figo habilita a Kluivert, que remata al poste, y el rechace lo recoge el portugués, que empalma a la red. 2-1. M. 60. Hesp recibe el balón de Gabri, intenta ceder a Zenden y Flo se anticipa. 3-1. M. 83. Guardiola lanza una falta desde el borde del área y Dani remata con la cabeza y marca. 4-1. M. 97. Rivaldo transforma un penalti cometido sobre Figo, tras una internada del portugués. 5.1. M. 103. Jugada elaborada del Barça que concluye con un centro de Dani que Kluivert remata de cabeza con precisión a la red. Árbitro: Anders Frisk, sueco. Amonestó a Ferrer, Wise y Figo. Mostró la roja directa a Babayaro (m. 97). Unas 90.000 personas en el Camp Nou. El partido concluyó con 3-1 (1-3 en la ida) y la eliminatoria debió decidirse en la prórroga.
Había que afinar mucho, tanto en el control del juego, por cuanto cada pérdida de balón podía armar la contra del Chelsea, como en cada llegada. La racionalidad azulgrana fue extrema en el primer tramo, tanto que atrapó el descanso con la faena hecha, con dos goles precisos, uno engendrado por Rivaldo y que el azar, personificado en Babayaro, llevó hasta la red, y el otro de Figo, majestuoso como siempre: control, doble regate sobre Wise, toque para el desmarque de Kluivert, remate del holandés al palo y el propio Figo que remacha. El Chelsea ni se enteró por dónde le había entrado el Barça: nunca perdió la concentración defensiva, salvo en un córner que se tragó Hesp, nunca dejó de laborar en la divisoria y mantuvo la cancha abierta, con las bandas llenas, para desdicha de los volantes y laterales del colectivo inglés.
Una vez cumplimentado el remonte, al Barça se le presentaba un nuevo partido si atendía al marcador. Podía administrar la ventaja o insistir en el esquema de salida, una decisión condicionada también por la actitud del Chelsea, sabedor de que, pese al éxito azulgrana, un solo gol le separaba de la clasificación. Los ingleses fueron a por el partido y el Barça sufrió largo rato. No sabían defenderse los azulgrana, muy vulnerables sin la pelota. El partido tenía entonces muy mala pinta para el Barça, que suele tomar goles en situaciones parecidas. Un par de rechaces a voleo en el área denunciaron su mal posicionamiento y anunciaron el tanto del contrario. Gabri no midió bien un pase a Hesp, tras haberse ganado la pelota, y el meta, presionado por Zola, erró y el rechace habilitó a Flo.
Tiempo, pues, para el tercer acto. Volvió el Barça a tomar la pelota y a repintar las líneas, con Dani como refuerzo en la banda derecha y Figo en la otra punta, para que Rivaldo continuara a su aire. Un remate al palo de Frank de Boer y dos de Dani expresaron el dominio azulgrana. El equipo perdió profundidad por banda a cambio de ganar remate. El esfuerzo del Barça, generoso de principio a fin, se vio recompensado a la salida de una falta: Guardiola sacó la comba y Dani remachó. La carga del Barça no aflojó en busca del punto y final del encuentro, y lo tuvo a su alcance en una preciosa acción entre Figo y Kluivert que acabó en penalti. Y entonces a Rivaldo se le fue un palmo el tiro de gracia. Para el Barça, la prórroga era un castigo pero la asumió con gran responsabilidad. Al mando del futbolista más capaz, Figo, el equipo decidió rápido. El portugués forzó un nuevo penalti que Rivaldo se exigió tirar para firmar la clasificación. Finiquitada la tarea, el Barça pasó a recrearse con un gol de Kluivert. Grandioso.
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