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El PP suma más votos que toda la izquierda Aznar, arropado por los suyos como un gran líder, promete "gobernar para todos los españoles"

Javier Casqueiro

José María Aznar vio realizado anoche el sueño personal y político que lleva persiguiendo desde 1990. Logró más de 10 millones de votos y su partido aglutina más sufragios que toda la izquierda junta. Dejó de considerarse el hombre corriente que gestiona un partido de centro- derecha con un techo electoral limitado y pasó a creerse un líder querido masivamente. Ese respaldo se le notó en la cara, a las 23.34 horas, cuando apareció en el balcón de la primera planta de la sede nacional del PP. No era el Aznar impávido de marzo de 1996. Satisfecho, acompañado por Ana Botella, dedicó sus primeras palabras a "todos los españoles". Y llamó al consenso. Aunque el PP no necesitará apoyos para gobernar. Ha logrado una amplia mayoría absoluta.

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Aznar y Ana Botella salieron solos y juntos, con las manos en alto y las caras radiantes, a la balconada del partido. Y se pasearon triunfantes en esa actitud durante tres minutos. Aznar le dio un beso en la mejilla a su esposa, que llevaba un vestido blanco perla con cuello mao. Acto seguido, el presidente del Gobierno y candidato del PP hizo un gesto para que entraran a la plataforma su equipo más cercano y de mayor relevancia en el partido, y así accedieron a esa atalaya Javier Arenas, Rodrigo Rato y Mariano Rajoy. No fue un gesto cualquiera y se rescatará en su día cuando Aznar dirija, con un control casi absoluto, su sucesión al frente del partido.Aznar dirigió sus primeras palabras "a todos los españoles" por haber contribuido a cumplir ayer otra "histórica jornada de fiesta democrática". Acto seguido, destacó: "Los españoles nos han renovado y nos han ampliado su confianza generosamente". El líder del PP valoró entonces con un respeto muy calculado la actitud también de los votantes que habían preferido otras opciones en estos comicios. Pidió expresamente al público congregado ante la sede del PP que siguiera su ejemplo y relacionó ese apartado inmediatamente con un recuerdo particularmente emocionado hacia las víctimas del terrorismo y hacia "todos aquellos que no pueden estar hoy con nosotros porque dejaron su vida por la libertad y la democracia en España". El público le interrumpió con un: "¡Qué viva España!", que Aznar cortó en seco: "Ahora todos tenemos que colaborar y todas las ayudas son necesarias".

El presidente del PP apuntó entonces un llamamiento especial a la responsabilidad y aseguró que la actitud de su futuro Gobierno "será abierta al diálogo con las fuerzas políticas y sociales porque todos somos necesarios para el progreso de España". Una colaboración que extendió para buscar acuerdos ante "los asuntos capitales del país". Y repitió su conocido discurso sobre las posibilidades que le esperan a España bajo su mandato. "Los españoles han sido muy generosos con nosotros y nosotros sabremos agradecérselo con trabajo, esfuerzo y colaboración", afirmó.

Aznar terminó ensalzando su campaña electoral como "limpia y ejemplar" y revelando algo más que un estado de ánimo: "Estoy orgulloso de haber culminado muchos años de esfuerzo y de sacrificio con una noche de alegría. Hoy más que nunca podemos decir que los sueños de hace muchos años los hemos visto hechos realidad". Aznar anoche estaba seguro de haber culminado una noche "histórica".

Horas antes, uno de los estrategas del PP, al conocer que los primeros resultados les daban como seguros ganadores, sentenció: "Este pueblo nunca se equivoca". Hasta las diez de la noche no aceptaron en público que la mayoría era "clara", absoluta. Y es que el PP, con sus 10,2 millones de votos, suma más voluntades que todos los partidos de izquierda juntos.

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La primera intervención de un dirigente del PP en público anoche fue la de Mariano Rajoy, en la sala de conferencias de prensa de la sede nacional del partido, a las 20.19 horas. Su alocución apenas duró tres minutos para declarar: "El PP ha ganado las elecciones". En ese momento aún faltaban cuarenta minutos para el cierre de las urnas en Canarias.

Rajoy destacó mucho en esa primera aparición, además de su "agradecimiento a esa gran mayoría de los españoles que han depositado su confianza en el PP", una llamada muy especial a los electores que no se habían decantado por su partido "para decirles" que "gobernarán para todos los españoles".

Rajoy siguió al pie de la letra esa máxima en público. Añadió el tópico de rigor sobre "la gran fiesta de la democracia" que suponía la celebración de una jornada más de elecciones sin apenas incidentes reseñables y con una participación que consideró normal en unos comicios en los que no estaba en juego "nada crucial ni existía la necesidad imperiosa de un cambio". Rajoy estimó, a esa hora, que la participación rondaría el 70%, como así fue; un porcentaje bastante inferior al de 1996.

El vicesecretario general del PP y coordinador de la campaña electoral destacó también que lograr más escaños que la cima coronada por UCD en 1979 (168 diputados), suponía para su formación "una responsabilidad y un acicate". Insistió "en el amplio respaldo para gobernar" entregado por los españoles a su partido y remachó con otra autofelicitación "por el gran cúmulo de esperanzas depositadas" en su candidato.

El PP se había fijado para estas elecciones la meta de los 168 diputados como una prueba de fuego para medir su verdadera relación con el electorado de centro moderado. Esos escaños fueron los que logró UCD en su mejor época. Y hasta hace poco eran un sueño irrealizable para los dirigentes de un partido que tras una legislatura de bonanza económica y algunos logros en materia de empleo continuaba sin despegarse de su principal adversario, el PSOE. Los superaron con creces, y a ello sumaron una amplísima mayoría absoluta en el Senado.

En el cuartel general del PP, invadido por más de 200 periodistas, se congregó anoche la cúpula del partido, con Javier Arenas; Rajoy y Rato a la cabeza. Aznar siguió toda la jornada desde su despacho de La Moncloa. Rato, a las diez y media de la noche, apareció en el balcón improvisado sobre el primer piso de la fachada del PP para afirmar ante el gentío congregado que Aznar había vencido, para recalcar que el partido "gobernará para todos y con todos".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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