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Vecinos de Guardamar se manifiestan contra el proyecto municipal de urbanizar la zona campestre

El proyecto municipal de declarar "urbanizable" el área conocida como Campo de Guardamar, definida por cientos de huertas, invernaderos y las típicas edificaciones de fin de semana, movilizó ayer a cientos de vecinos de la localidad de La Vega Baja, en su mayoría propietarios de parcelas campestres, que reclaman al alcalde Francisco García, del PP, que paralice el programa de desarrollo y permita que la zona se mantenga. Alrededor de 500 personas se concentraron ayer frente a las puertas del Ayuntamiento para leer un manifiesto en el que piden a las autoridades que, "por naturaleza, historia, cultura y desarrollo", inicien las gestiones políticas y administrativas necesarias para que el Campo de Guardamar mantenga su declaración de "suelo rústico".La preocupación ante la posibilidad, o certeza, de que esa zona semivirgen del pueblo acabe convertida en un hervidero de urbanizaciones, ha generado el nacimiento de un movimiento ciudadano, que gira alrededor de la gestión de una asociación vecinal creada en tiempo récord. La primera fase de recalificación del suelo, que afecta a unos 100.000 metros cuadrados, posibilitaría la construcción de unas 2.000 viviendas, e incluye la habilitación de dos viales estructurantes que acelerarían la urbanización integral del campo.

"Nosotros somos los propietarios y no queremos que desaparezca la huerta ni las casetas", señaló ayer Domingo Gras, uno de los vecinos afectados.

La recalificación de ese suelo, ahora en fase de exposición pública, ha recibido cientos de alegaciones en contra, mientras los actuales propietarios denuncian que el alcalde se niega a recibirlos. "Con el suelo recalificado, llegará un urbanizador con su proyecto bajo el brazo y nos obligará a desarrollar la zona y a pagar las obras con dinero o con suelo, con lo que desaparecerá esta zona entrañable del pueblo", se lamentaba otra vecina.

Como en tantos pueblos valencianos, la propiedad del Campo de Guardamar está muy repartida, por lo general en parcelas de cuatro a cinco mil metros cuadrados adoptadas por cientos de familias como zona de esparcimiento natural.

El programa de desarrollo denunciado se publicó el 21 de enero en el Diari Oficial de la Generalitat. "No tenemos interés político alguno, y lo que queremos es que el alcalde reconsidere su postura", explica el manifiesto.

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