Natalidad subvencionada: El Ayuntamiento de Egües, primero de Navarra que incentiva el nacimiento de niños
Al municipio navarro de Egües no le acucian en exceso los problemas de la bajísima tasa de natalidad que registra Navarra -con 1,3 hijos por pareja, la Comunidad foral se sitúa a la cola de la natalidad española, que, a su vez, es la más baja del mundo-, pero ha decidido hacer algo especial al respecto. Para tomar posiciones de futuro ante esta contundente realidad demográfica, el Ayuntamiento de Egües ha decidido aplicar su propia política en pro de una mayor natalidad, convirtiéndose en el primero de Navarra que decide premiar el nacimiento de cada niño en su término municipal con una fuerte subvención económica, en cuantías que oscilarán entre las 100.000 y las 175.000 pesetas anuales.La tendencia de crecimiento de Egüés es alta, señala Iñaki Gallipienzo, alcalde por UPN en este próspero municipio de 9.500 vecinos situado en la comarca de Pamplona. Sin embargo, cree que se puede hacer "algo más" para animar a "las muchas jóvenes parejas que se vienen a vivir aquí, aunque no sea una obligación municipal incentivar los nacimientos". De hecho, en 1999 nacieron apenas 25 niños en el valle, aunque los empadronamientos de parejas, procedentes sobre todo de la vecina Pamplona, fueron infinitamente superiores.
La idea partió del propio alcalde y los grupos de la oposición la han acogido con una mezcla de interés y escepticismo. De hecho, el municipio piensa gastarse unos seis millones de pesetas en esta política natalista, mediante cuantías inversamente proporcionales al número de hijos por familia. Menos dinero para el primer hijo y más ayudas para el segundo y siguientes.
Expansión del municipio
Egüés es un valle que se ha visto sometido como pocos al vaivén poblacional. En los años ochenta el Gobierno navarro, entonces en manos socialistas, creó la urbanización de Mendillorri, con casi 10.000 habitantes. Sus vecinos decidieron el año pasado en referéndum segregarse de Egüés y anexionarse a Pamplona, algo que ya han hecho. Mendillorri es ya un barrio de la capital. Sin embargo, la promoción urbanística de un inmenso polígono privado de chalés y adosados, Gorráiz, y los planes públicos de expandir Pamplona hacia el oeste en suelos de Sarriguren (más de 4.000 nuevas viviendas) le han vuelto a colocar en el ojo del huracán de la expansión urbanística. En una década podría crecer hasta los 20.000 vecinos.
De momento el plan del Ayuntamiento de Egüés es prorratear las ayudas en doce pagas anuales, de forma que se entregue a los padres mes a mes la correspondiente subvención, de 10.000 a 13.000 pesetas, según los casos. Este dinero irá destinado a sufragar los gastos de alimentación y sanitarios, fundamentalmente, de los más pequeños habitantes del valle.
"Para evitar la picaresca tenemos que concretar las condiciones de entrega", subraya el alcalde, de manera que ésta se concederá a los padres que acrediten una determinada antigüedad en el censo, entre seis meses y un año, y estará condicionada a que el niño permanezca censado en Egües al menos mientras duren las entregas, es decir, al menos un año.
La cifra de las ayudas se ha calculado en función del gasto medio mensual por hijo en el primer año de vida, cifrado entre las 25.000 y las 35.000 pesetas. El municipio también se beneficiará de forma indirecta de este aumento de población, ya que recibirá más dinero del fondo de las Haciendas Locales que anualmente reparten los Presupuestos Generales de Navarra, ya que una de sus variables es la población local. Al tratarse de un municipio disperso con diversos núcleos de población independientes, el Ayuntamiento pretende socializar el programa de ayudas. "No serán unas simples y directas transferencias bancarias", explica Iñaki Gallipienzo. "Queremos realizar actos públicos de entrega con varias familias a la vez, de forma que éstas se conozcan y se establezca un nexo de relación entre los nuevos vecinos, que en su mayoría son parejas jóvenes", añade el alcalde.
A pesar de los calificativos de "propagandística" o "testimonial" lo cierto es que casi nadie se opone a premiar la natalidad, dado que todo el mundo sigue considerando muy bajas las deducciones por descendientes del IRPF navarro.
