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Los vértices de un triángulo

Jean Luc Lagier ocupa dos vértices de un triángulo que ha desembocado en un severo quebranto económico para el Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex). El tráfico de mercancías a lo largo de 1999, aparentemente ficticio, entre dos sociedades de su propiedad ha generado un agujero para la empresa pública que fuentes de la Generalitat cifraron primero en 1.049 millones y ahora en 800.Pero las operaciones del Ivex como intermediario entre dos sociedades de Lagier se arrastran desde 1995, cuando la empresa pública firmó un contrato con Ford para generar derechos de compensación ante las autoridades tunecinas y favorecer así la exportación de vehículos producidos en la factoría de Almussafes. El volumen de las operaciones fue millonario, pero nadie asume la responsabilidad del primer contacto con el empresario francés. Fuentes de Ford limitan su vinculación con las operaciones de compra y venta a la firma del contrato con el Ivex y atribuyen a la empresa pública los contactos posteriores para generar los derechos de compensación.

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La sociedad de Lagier implicada en el contrato con Ford apenas registra actividad desde 1996

Fuentes del último consejo de administración del Ivex creen recordar que fue la empresa automovilística la que introdujo a Lagier. Pero insinúan que el empresario francés decidió establecer una oficina en España durante 1996 para asumir por sí mismo la condición de intermediario que ejercía el Ivex y ocupar así los tres vértices del triángulo comercial. El Ivex cedió a terceros la gestión de las operaciones comerciales con Túnez en julio de 1997, un año después de que Lagier se instalara en España, pero su sociedad apenas ha registrado actividad.

Hasta la fecha, ni siquiera los grupos parlamentarios han tenido acceso al contrato firmado por Ford y el Ivex. Eduardo Zaplana se permitió atribuir a sus predecesores socialistas los pormenores de un acuerdo firmado en plena transición de poderes. Y el actual responsable de Industria, Fernando Castelló, no tiene previsto comparecer en las Cortes antes del próximo mes de febrero. Además, el PP pretende que Castelló resuelva en una comparecencia dos cuestiones distintas planteadas por el PSPV y Esquerra Unida.

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