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Junta y trabajadores temen que Tabacalera cierre en Sevilla y Cádiz tras clausurar la planta de Málaga

Los trabajadores de Tabacalera están inquietos y no sólo por el cierre de la fábrica de Málaga. Tanto la Junta como los sindicatos temen que detrás de esta factoría caigan las de Sevilla y Cádiz, una vez que la empresa tenga finalizadas las megafábricas donde pretende concentrar la producción de los ocho centros de toda España que bajarán las persianas antes del 2003. Tabacalera asegura que este plan es "definitivo", pero los empleados no acaban de creérselo porque desde 1993 han sufrido tres regulaciones de empleo a la que sigue ahora este nuevo plan industrial.

Mientras, la Consejería de Trabajo reclama al Gobierno que modifique la ley para impedir que empresas con beneficios puedan "abusar" y hacer un "uso casi fraudulento" de las prejubilaciones. "Como no consigamos traernos una de las megafábricas a Málaga, Andalucía se quedará sin los tres centros de Tabacalera". Así de rotunda es la opinión de Alfonso Vázquez, secretario de la Federación de Alimentación de UGT. El consejero de Industria, Guillermo Gutiérrez, tiene las mismas sospechas: "Si la empresa consolida esas dos grandes fábricas , acabará cerrando el resto de los centros. Por eso, por lo que puede venir, la Junta no está de acuerdo con el cierre, ni siquiera aunque se consensuara con los sindicatos". Los temores son compartidos en Cádiz. Aunque al igual que la de Sevilla, esta fábrica se salva del plan industrial, los trabajadores no ven despejado del todo el horizonte. De los 1.014 empleados que tenía la factoría gaditana en 1993, a los 751 actuales, el recorrido por la incertidumbre laboral no ha cesado, informa Antonio-Hernández Rodicio. La presidenta del comité, Milagros Oliva, sostiene que la plantilla "siempre se teme lo peor; sólo hay que comprobar cómo hace un año y medio decían que no iba a pasar nada y ahora quieren cerrar ocho dependencias. Si hay un cambio tan brutal, qué podemos esperar". Tabacalera justifica los cierres en la baja productividad de esos centros, pero no suelta los datos. Dice que no los da porque no es comparable la producción de cigarrillos con la de cigarros, que ni tan siquiera se puede medir la de unos puros con otros de distinto tamaño. La UGT de Málaga sospecha que la negativa de la empresa obedece a que los cierres tienen "trasfondo político". Según los datos del sindicato, la factoría malagueña es más rentable que la de Cádiz (ambas fabrican cigarros). Su media más alta es de 490 unidades/hora/hombre y la más baja de 208. Frente a estas cifras, la producción gaditana fue de 113 la máxima y 90 la mínima. Con Sevilla no hay comparación posible porque se producen cigarrillos. Los números son 9.150 la media más alta y 7.964 la más baja. Cádiz, más radical Vázquez huye de agravios comparativos pero se pregunta por qué entonces Tabacalera cierra el centro malagueño y no el gaditano. Desde UGT se encuentran varias razones: Cádiz tiene la mayor tasa de paro de España, en esta provincia el impacto social sería mayor porque hay cuatro veces más empleados que en Málaga, los trabajadores gaditanos suelen ser más radicales en sus protestas y no se quiere crear caldo de cultivo para movilizaciones justamente en la ciudad donde gobierna la candidata del PP a la Junta, Teófila Martínez. La empresa rechaza de plano cualquier motivación política: "Los criterios del plan industrial son puramente empresariales. No es un problema de un centro, sino de la viabilidad y la supervivencia de la compañía en su conjunto". Según sus datos, la productividad global de Tabacalera es un 56% más baja en cigarrillos (14.061 hora/hombre) y un 69% en cigarros (176 hora/hombre) que la de sus competidores internacionales. La compañía española busca aumentar su competitividad de cara a la fusión con la francesa Seita. Estos planes siembran aún más incertidumbre entre los trabajadores, que creen que con las dos megafábricas, la moderna planta de Logroño y la unión con la compañía gala, Tabacalera prescindirá del resto de los centros. La plantilla sevillana tampoco oculta su desconfianza. La sociedad tiene cuatro centros dedicados a la elaboración y el empaquetado de cigarrillos: Valencia, Alicante, San Sebastián y Sevilla. Los tres primeros cerrarán para reubicar su actividad en una de las dos megafábricas, presumiblemente en Alicante, informa Alejandro Bolaños. De momento, el centro hispalense mantendrá abiertas sus instalaciones donde se produce la marca Ducados. La fábrica tiene actualmente 318 empleados (el 70% mujeres) frente a los 500 que había antes de los expedientes de regulación de empleo. En el caso de Málaga, la plantilla ha pasado de 270 en 1993 a 158 en la actualidad.

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