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Piqué anuncia nuevas medidas contra la inflación para evitar que rebase el 2% este año

El Gobierno ha acabado por admitir que su objetivo de inflación para este año, el 1,8%, es inalcanzable. El peor de los escenarios es que los precios superen el 2% fijado como límite por el Banco Central Europeo (BCE) para los países del euro. Para evitar rebasar ese techo, el ministro de Industria y portavoz del Gobierno, Josep Piqué, anunció ayer un nuevo paquete de medidas contra la inflación que afectarán a los sectores de la energía, agrario, turismo y automóviles. Tampoco se descarta revisar a la baja el objetivo de déficit de este año (1,3% del PIB para el Estado).

La subida continuada de los precios del petróleo en las últimas semanas y su inmediato traslado al consumidor, han dado al traste con la posibilidad de situar la inflación este año en el 1,8% previsto por el Gobierno. Será la primera vez que el actual Gobierno del PP se enfrenta, en tres años, con un revés en su objetivo de inflación, y ello a pesar de las medidas de choque adoptadas el pasado mes de abril. Así lo admitió ayer el portavoz del Gobierno, Josep Piqué, tras clausurar en Barcelona una reunión del PP. El IPC de 1999 "difícilmente se va a acercar a la previsión del Gobierno", afirmó. El nuevo objetivo se fijará a partir de hoy, una vez que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publique el dato correspondiente a agosto.En julio, la inflación de los últimos 12 meses se mantuvo en el 2,2% y, para agosto, la estimación es que aumente al 2,3% o 2,4%, tras una subida de unas cuatro décimas en relación al mes anterior. Piqué avanzó que la variación a final de año "se acercará más bien al 2%". Algunos gabinetes de estudio de bancos han llegado a prever un aumento anual más cercano al 2,5%.

Rebasar este límite, fijado por el BCE para la zona euro, supondría romper una disciplina y consolidar a España como el país con inflación más elevada. "Un IPC por encima de la previsión", admitió Piqué, "supone tensiones en la negociación colectiva, y puede representar también ciertos impactos en la política presupuestaria".

Para evitarlo, Piqué anunció ayer nuevas medidas contra la inflación, que se añadirían a las adoptadas en abril, cuyos efectos han sido muy limitados. El nuevo paquete, según dijo el ministro, se aprobará el próximo viernes. Entre estas medidas, no se descarta rebajar la fiscalidad de los carburantes, que ya se estudió en el paquete de abril, pero que finalmente fue descartado. Existe cierta holgura presupuestaria, ya que hasta el pasado mes de julio, los ingresos tributarios del Estado rebasaban en casi 270.000 millones de pesetas el presupuesto.

Otra opción es revisar a la baja -una o dos décimas- el objetivo de déficit público para este año, previsto en el 1,3% del PIB para el Estado. El objetivo sería lanzar una señal a los mercados de que la política presupuestaria es beligerante con las tensiones en los precios.

Aunque Piqué culpó a los carburantes de los problemas con la inflación -el precio del petróleo casi se ha triplicado en los últimos ocho meses-, el ministro dijo que las medidas afectarán a otros sectores, como el agrario, el turístico o el del automóvil, también considerados responsables del incremento de los precios.

Mayor crecimiento

Al tiempo que se reconoce cierto fracaso en las medidas de abril y se admite que la previsión de inflación se ha quedado corta, el Gobierno anunciará una revisión al alza -una o dos décimas- de la previsión de crecimiento económico, prevista en el 3,5% este año. Crecer y crear empleo por encima de la media de la UE, debería servir para compensar una mala nota en inflación, a juicio de los responsables de la política económica.La desviación en el IPC supondrá, por otra parte, que 11 millones de pensionistas y unos cuatro millones de asalariados apliquen las cláusulas de revisión.

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