Interior insiste en que no existe "mafia", sino "delincuencia" del Este

Ayer, como siempre, estamentos policiales y gubernamentales rechazaron la tesis de que organizaciones de índole mafioso procedentes del Este de Europa se hayan establecido en nuestro país, especialmente en núcleos turísticos costeros del Mediterráneo. Sólo esporádicamente, algún cargo intermedio del Ministerio del Interior ha alertado sobre el establecimiento de organizaciones delictivas dedicadas a la estorsión, falsificación, blanqueo de dinero, secuestro, prostitución y el tráfico ilegal de vehículos y personas, por no hablar de los asesinatos sin resolver de los que han sido víctimas ciudadanos rusos. Desde el desmoronamiento del muro de Berlín, cientos de ciudadanos de países pertenecientes a la antigua URSS han recalado en la costa de Alicante. Se sabe que llegan cargados de dólares, que invierten en negocios de todo tipo e inmuebles sobrevalorados que pagan sin regatear. Junto con los que llegan en busca de un clima y nivel de vida mejores y se integran sin dificultades en las localidades elegidas para residir, que los hay, arriban otros empujados por intereses bien distintos. La policía, empujada por estamentos políticos, ha optado por sustituir el término "mafioso" (una acuñación "más periodística que real", según el director general de la Policía) por el de "profesional", un eufemismo que parece contentar a los sectores empresariales interesados en este importante flujo de capitales que engorda sus negocios. En enero de este mismo año, Interior aclaró que, "en sentido técnico profesional", se entiende por delincuencia organizada (mafias), aquellas organizaciones que cumplen hasta seis de los 11 indicadores acordados por la UE. No es el caso, aunque al menos se reconoce la existencia de "un tipo" de delincuencia procedente de los países del Este.