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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Exportar la guerra

Hay indicios sobrados para temer que la explosión del jueves pasado que demolió un edificio de apartamentos en la capital soviética, y en el que han muerto más de un centenar de modestos inquilinos, tenga que ver con la nueva guerra del Cáucaso, en la que tropas rusas tratan de contener una insurrección islamista en Daguestán. Este último es un territorio de la Federación Rusa, vecino de la secesionista república de Chechenia, desde donde se instigan los combates. Aunque el alcalde de Moscú, Yuri Luzkov, daba por sentado que la matanza era consecuencia directa de un atentado, y ha habido una reivindicación islamista del mismo, el jefe del Gobierno apuntaba, quizá con mayor precisión, a una "negligencia criminal en la manipulación de explosivos". En otras palabras, que a los terroristas les estalló el material en las manos en algún taller clandestino del inmueble.

Al mismo tiempo, el hecho de que el día 31 estallara otro artefacto en una zona comercial de Moscú y que haya habido ataques con bomba contra objetivos civiles en Daguestán hace pensar que los rebeldes islámicos tratan de exportar el terror a la retaguardia civil del enemigo como criminal suplemento a su estrategia militar.

Pero el anuncio más ominoso para la eventual integridad territorial de Rusia es precisamente que la guerra haya sido inducida, al menos parcialmente, desde Chechenia, en la medida en que eso prueba que el acuerdo de paz firmado por el general Lebed -por el que se congelaba durante cinco años la solución política al problema- es hoy apenas papel mojado. En Chechenia son muy poderosas las fuerzas que quieren el inmediato reconocimiento formal de una independencia que en la práctica casi han conseguido. Con la exportación de la guerra al vecino Daguestán y el terror al lejano Moscú recuerdan que el acuerdo de paz sólo fue un respiro.

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Mientras el caos, la corrupción y la arbitrariedad criminal reinen en la Rusia de Yeltsin, le va a ser difícil al Kremlin mantener la lealtad de algunos de sus pueblos no eslavos que pueden creer que se las van a componer siempre mejor solos. Sin una solución política en Chechenia, por tanto, difícilmente va a conseguir Rusia una solución militar en Daguestán.

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