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Un operario muere intoxicado en un depósito de anticongelante de Barajas

Salustiano Zama Montero, de 40 años, trabajador de una subcontrata del aeropuerto de Barajas, falleció ayer al inhalar los vapores que desprendía un depósito aeroportuario cargado con glicol, líquido que se emplea para descongelar las pistas. El operario, que se introdujo en el pozo para medir la cantidad de anticongelante, se desmayó por las emanaciones del producto y cayó al interior del pozo. Llegó aún con vida a la enfermería, pero falleció antes de ser trasladado a un hospital.

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Al mediodía de ayer, según fuentes de AENA, Salustiano Zama se introdujo en una arqueta del depósito de glicol, líquido anticongelante con el que se rocían las pistas y las aeronaves del aeropuerto de Barajas. Zama iba a comprobar el nivel del pozo. El operario bajó por las escaleras mientras otro compañero le esperaba en la superficie. Sin embargo, según AENA, el trabajador, perteneciente a una subconrata de la empresa ACS, se introdujo en el registro sin llevar una mascarilla de protección.Los vapores provenientes del glicol le hicieron perder el conocimiento. Zama se precipitó inconsciente al interior del pozo.

Rescate

Su cuerpo inerte fue rescatado por sus compañeros, que lo trasladaron en un coche a la enfermería del aeropuerto de Barajas. Salustiano no salió con vida del botiquín, pese a los intentos de reanimación de los médicos.La dirección del aeropuerto de Barajas tuvo conocimiento del accidente laboral "cuando fue requerida la asistencia del equipo médico, que no pudo hacer nada por salvar la vida de este trabajador, que murió por asfixia", según AENA.

A las tres de la tarde, el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Madrid ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto Anatómico Forense. Hoy se le practicará la autopsia.

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Los compañeros del fallecido estaban entristecidos y extrañados. "No es normal que salgan esas emanaciones del pozo. Además, no había mucho nivel en el interior", comentó un trabajador del aeropuerto. Salustiano había realizado la misma maniobra en varias ocasiones sin sufrir ningún daño, explicaron otros trabajadores.

El pozo de registro donde ocurrió el accidente está situado al final de la tercera pista de Barajas. Fue construido el año pasado. Tiene tres metros de profundidad. La boca es de 80 centímetros y su fondo tiene un diámetro de metro y medio.

Según fuentes policiales, el pozo estaba ayer tarde precintado. Técnicos de Barajas aseguraron que la operación de control del depósito se ha efectuado "en numerosas ocasiones sin que se produjese ningún percance". El glicol es un producto químico que posee grupos alcohólicos empleados para descongelar las pistas y los aviones.

Éste es el segundo accidente laboral grave que se produce en los dos últimos años en las obras de ampliación del aeropuerto de Barajas. En noviembre de 1997, un trabajador de 50 años perdió las dos piernas mientras trabajaba en las obras de la tercera pista. Un volquete le pasó por encima. Con este accidente mortal, son ya 39 los trabajadores muertos en lo que va de año en la región, según CCOO.

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