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Pasqual Maragall: "Los catalanes no se merecen cuatro años de agonía con Jordi Pujol"

Enric Company

Pasqual Maragall comenzó ayer a dar argumentos para que los electores voten el 17 de octubre por el cambio en la Generalitat. Breves y contundentes. Uno: "Los catalanes no se merecen cuatro años de agonía". Porque eso es lo que supondría, afirmó, un mandato dedicado a la inevitable pugna por la sucesión de Pujol como líder de CiU. Otro argumento: El anuncio de que estas elecciones serán las últimas a las que concurra Pujol es una apelación a que le voten por lástima. "Intentan decirle al electorado: "no nos echéis, porque ya nos vamos, sólo queremos cuatro años más" en el Gobierno", dijo.

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En Cataluña todo el mundo comprende que Pujol ha sido una figura importante, concedió Maragall, "pero ahora no vamos a pasarnos la campaña hablando de él". Lo que toca es explicar prioridades, y las mías son, dijo, ensamblar la enseñanza y la creación de empleo, devolver capacidad de decisión al territorio y a los ayuntamientos, innovar y plantear la oferta federalista en España y Europa. A Maragall se le vió ayer animado y convencido de su victoria el 17 de octubre. Compareció en su oficina de campaña para comentar la convocatoria electoral. Comunicar estas decisiones por teléfono móvil y desde fuera del país como ha hecho Pujol no contribuye en su opinión a prestigiar las instituciones. "Se ha hecho mal, como tantas cosas en los últimos tiempos", afirmó. Prometió que una de los cambios que hará cuando gobierne será devolver al Parlament su papel en decisiones como esta. Los dos años durante los que Pujol ha estado dudando si adelantaba o no las elecciones "me han ido muy bien", comentó, "porque han permitido que se visualice la alternativa de cambio, mientras CiU daba bandazos entre radicalismo y moderación". Durante estos dos últimos años, recordó, los sondeos han mostrando cómo se acortaba la distancia entre CiU y el PSC, que ha pasado de 12-15 puntos en 1997 a 8 puntos de 1998 y a 4 en 1999. Los últimos sondeos del PSC indican, añadió, que ambas fuerzas están igualadas en intención de voto. "Ya les hemos cazado". La pretensión de Maragall es que la expectativa de cambio se traduzca en las próximas semanas en una expansión de Ciutadans pel Canvi, la plataforma creada con sus incondicionales, por toda Cataluña. Reiteró su objetivo: conseguir el voto de los escépticos que se refugian en la abstención e incluso de votantes de CiU. Además de los socialistas, claro está. El 3 de septiembre se formalizará la coalición entre Ciutadans pel Canvi, que previamente debe constituirse como partido, y el PSC. "Que no quede ningún rincón de Cataluña sin su plataforma de Ciutadans pel Canvi", pidió. Luego habrá que confeccionar las candidaturas de esta coalición, de las que aseguró que ya tiene pensados los nombres. Anunció que las dará a conocer el 12 de septiembre. Estas listas deben expresar que efectivamente existe una coalición formada por los hombres y mujeres del candidato a presidente y los del partido socialista. Cómo va a concretarse en la candidatura el peso de cada una de las dos partes es una de las primeras dificultades a superar por Maragall, ante un partido socialista celoso de su primacía. La combinación entre la expectativa de obtener más escaños y las bajas en el actual grupo parlamentario socialista facilita las cosas. Entre los que por motivos diversos no repetirán se hallan Joan Reventós, Raimon Obiols, Josep Maria Sala, Celestino Corbacho y Joan Oliart. Ciutadans pel Canvi tiene unos 3.000 afiliados y ha abiertos 8 locales en diversas ciudades de Cataluña. Maragall dijo que no quiere poner límites a la expansión de este movimiento. "Sólo la intensidad del proceso nos dirá hasta dónde tiene que llegar", afirmó. Sobre Ciutadans pel Canvi recae la dirección de la campaña de Maragall, tanto desde el punto de vista logístico como publicitario y político. Prueba de ello es que, a diferencia de lo que ha ocurrido con los colaboradores inmediatos de Maragall, ayer la dirección del PSC continuaba de vacaciones. Ni el primer secretario, Narcís Serra, ni el de organización, José Montilla, han considerado que la convocatoria merezcan que adelanten el fin de su descanso estival.

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