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La economía moderó su crecimiento al 3,5% en el segundo trimestre, según el Banco de España

La economía española evoluciona al revés que las de la mayoría de los países de la zona del euro. España modera su ritmo de crecimiento y pierde capacidad de financiación frente al exterior, mientras que en el conjunto del área la tendencia es a la recuperación y el saldo exterior es positivo. Así lo refleja el Banco de España en su último informe trimestral, publicado ayer, que estima en el 3,5% el crecimiento de la economía española en el segundo trimestre del año, una décima menos que en el anterior, mientras que en la zona del euro se rompe la trayectoria a la baja de los últimos meses. Para todo el área se prevén tensiones inflacionistas por el alza del petróleo, la debilidad del euro y los aumentos salariales.

El 3,5% estimado por el Banco de España para la economía española en el segundo trimestre coincide con la previsión del Gobierno para todo el año y está expresado con los criterios de la nueva contabilidad nacional (ciclotendencia). Supone una décima menos que en el primer trimestre y es medio punto inferior al resultado de todo el año 1998.Entre los 11 países del euro destaca, por el contrario, la recuperación de las economías alemana e italiana, las más rezagadas por efecto de la crisis financiera internacional y ahora las más beneficiadas por su apaciguamiento. Aun así, el crecimiento del área ronda el 2% y es un punto y medio inferior al español.

El Banco de España destaca también que la capacidad de financiación de la economía española "se debilita". Hasta el pasado mes de abril, el saldo por cuenta corriente (flujos de bienes, rentas y servicios con el exterior) ha sido negativo en 1.359 millones de euros, frente a un superávit de 571 millones en el mismo periodo de 1998.

El saldo de capital (flujos financieros) ha sido positivo en 1.638 millones de euros, pero ha sufrido un "considerable deterioro" con respecto al primer cuatrimestre del pasado año (2.408 millones de euros). Esto es debido, según el Banco de España, a los retrasos en la percepción de fondos estructurales procedentes del presupuesto de la UE.

En el conjunto de los países del euro, la crisis de los mercados exteriores ha tenido un reducido impacto en su balanza exterior. Según datos elaborados por el Banco Central Europeo (BCE), el saldo por cuenta corriente fue positivo en 18.500 millones de euros durante los cinco primeros meses del año, algo inferior a los 19.400 millones del mismo periodo de 1998.

España también mantiene un alto diferencial de inflación con el conjunto de países de la moneda única europea (1,2 puntos porcentuales en junio), aunque los riesgos para el futuro son comunes. El Banco de España sitúa en el primer nivel de preocupación los precios del petróleo, que se han encarecido un 75% desde febrero pasado.

También, los precios de otras materias primas no energéticas, cuya tendencia es al alza; las revisiones salariales acordadas en algunos países en los primeros meses del año que no sean compensadas con aumentos en la productividad, y la depreciación del euro frente al dólar desde principios de año (un 12%).

Para la economía española, el Banco de España hace una advertencia especial hacia los salarios. Señala que los costes laborales unitarios y la remuneración por asalariado se han mantenido a la baja en el segundo trimestre, aunque se sitúan por encima de la inflación.Esto, dice el Banco de España, "podría afectar negativamente a la competitividad, si la evolución favorable que han venido registrando otros costes (como los de los productos importados) se invirtiera y dejara de compensar las alzas de los costes laborales".

Añade que las medidas contra la inflación adoptadas por el Gobierno el pasado mes de abril -rebaja de las tarifas de la luz y el gas, sobre todo- no han podido contrarrestar el aumento del precio internacional del petróleo. El encarecimiento de los precios de los productos agrícolas -aceite y frutas frescas, sobre todo- "podría recrudecerse", según el Banco de España, si persiste la sequía.

La institución que dirige Luis Ángel Rojo insiste en que las previsibles tensiones inflacionistas en la zona del euro requieren "una orientación especialmente restrictiva de la política" presupuestaria, especialmente en los países con un ciclo económico más avanzado.

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