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Filosofía

DE PASADAEl alcalde socialista de Guadix (Granada), José Luis Hernández Pérez, ha firmado un bando en el que aconseja a los empresarios que secunden un paro general para que los aprendices, los mancebos de botica, los camareros, los dependientes de taberna, tenderos y auxiliares puedan acudir al excepcional partido de fútbol que enfrenta hoy a la escuadra local contra la de Guadalajara. El cierre de comercios, industrias y bares se ha establecido entre las siete y cuarto de la tarde y la hora en que acabe el partido. Es una suerte que al alcalde de Guadix le apasione el fútbol, y que su gusto lo extienda con generosidad entre la población. El fútbol es un deporte de furia y esfuerzo concentrados y, por eso, de duración limitada. Si el alcalde de Guadix fuera aficionado a la filosofía, por ejemplo, y divulgara un bando con la recomendación de que los comercios y las industrias cerraran para que los empleados tuvieran tiempo de leer La crítica de la razón pura de Kant el sostén económico de la ciudad correría grave peligro ya que la tarea encomendada, aunque provechosa, sería más ardua y dilatada que la contemplación de una competición deportiva. No obstante, en el bando, el alcalde ha aplicado algo de filosofía, de filosofía social, en concreto, pues insta a los jugadores a ganar a "equipos de ciudades que cuentan con un presupuesto superior". Esta muestra de socialismo primario aplicada a la condición de futbolista enriquece el bando e incluso pone en duda algunas teorías de la Segunda Internacional. Internacional, por cierto, fue la vista del príncipe Carlos de Inglaterra a Granada. Gabriel Díaz Berbel, en su calidad de guía de crepúsculos en funciones, trató de atraer la atención del heredero hacia el mirador de San Nicolás, en el Albaicín, y repetir la imagen ya clásica de arrobamiento estético de Bill Clinton, pero no lo logró. El príncipe cambió el glorioso ocaso por otro más célebre, el de los Reyes Católicos, y visitó el mausoleo de la Capilla Real, donde crían malvas sus majestades, si es que son ellos, y no un sastre del barrio del Realejo y una costurera de La Cartuja, como cuentan en voz baja los maledicentes. El PA comunicó ayer que acepta gobernar con el PSOE e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Granada. A cambio pide las áreas de turismo, deportes y cultura. ¿Y la de cicerone de ocasos? ¿Quién de los tres la quiere? ALEJANDRO V. GARCÍA

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