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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Nueva farsa de Obiang

LAS ELECCIONES legislativas en Guinea Ecuatorial, las segundas a las que han concurrido partidos políticos, han constituido una nueva farsa dirigida por el presidente Teodoro Obiang. A falta de conocerse los informes de los observadores internacionales, el cúmulo de irregularidades es tal que vacía de significado estos comicios, en los que, sin esperar a los resultados oficiales, que tardarán días, ya se ha autoproclamado ganador por holgada mayoría el gubernamental PDGE (Partido Democrático de Guinea Ecuatorial), en el que uno de los hijos de Obiang era destacado candidato.Alcanzar el 99% es un índice oficial de participación digno de las dictaduras menos vergonzantes. Si además hay mesas de la capital -teóricamente bajo mayor control- en las que el número de votos supera al censo, otras en las que los interventores de la oposición, según ha denunciado ésta, han sido expulsados a punta de pistola y, además, una parte importante de los censados no ha podido expresar su decisión en las urnas, todos los ingredientes están presentes para un gran fraude. El gran éxito en esta convocatoria, según el propio Gobierno, es ¡que no haya habido muertos! La campaña ha brindado una mínima posibilidad a una parte de la oposición de expresarse en mítines. Pero simplemente porque el partido que no consiga escaños será ilegalizado por ley. Proscrito sigue el Popular de Severo Moto, que no ha podido presentarse.

Obiang se siente seguro, sentado sobre unas bolsas de petróleo que pueden salvarle a él y a la oligarquía que las controla. Sin embargo, en unos momentos en que la democracia se abre tan difícilmente paso en el África subsahariana, la comunidad internacional no puede mirar hacia otra parte y permitir tamaño insulto al principio de la libertad de voto. En esta política de crítica activa, España, antigua potencia colonial y que tanto ha invertido en esa tierra, tiene una especial responsabilidad.

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