_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Linchamiento?

Félix de Azúa

Está bien, pues no hablemos ni de víctimas ni de verdugos. Lo que actualmente pasa por "política" es tan gerencial que impide usar argumentos de cierto interés, aunque políticamente irrelevantes. Por ejemplo, ¿alguien cree que hay ciudadanos malvados, sean del partido que sean? Un político me diría que la pregunta es estúpida porque la legislatura no se ejerce sobre ciudadanos buenos o malos sino legales o ilegales. Exacto, pero, por muy legales que sean, ¿los hay malévolos, malignos, desalmados? El político me dirá que eso es cosa de curas y que él no es quién para juzgar moralmente a las personas. Su obligación, me dirá, es gobernar por igual a los buenos y a los malos. Sí, sí, pero ¿hay alguna diferencia entre gente buena y gente mala? ¿Es en verdad un asunto que ya sólo atañe a los psiquiatras y a los filósofos? Cualquiera puede torturar o matar por mil motivos, pero sólo un tipo particular de criminal humilla a sus víctimas. El sádico, el cruel, es un perturbado que no sólo daña sino que disfruta dañando. Cuando alguien se chancea o utiliza expresiones como "tu asquerosa cara de extremeño" en una amenaza de muerte, cuando descorcha una botella de champán y pide langostinos porque unos salvajes han matado a un concejal de pueblo, cuando asegura que a su secuestrado le sienta muy bien la dieta, ese individuo tiene mala entraña y da igual con quien pacte y lo que pacte: seguirá siendo dañino. ¿Toda la violencia es igual, todos los criminales son iguales, según dicen los católicos del PNV y sus obispos? Les recordaré, por su bien, la historia del escorpión que logró convencer a la rana para que le ayudara a escapar de una inundación. "Lo siento: así es mi naturaleza", dijo el escorpión tras matar a la rana sobre cuyos lomos cruzaba el río (y antes de ahogarse con ella).

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Félix de Azúa
Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_